Del Frente Obrero a Alvise Pérez: los nuevos partidos antiwoke en la política española

El 9 de junio se celebran unas elecciones europeas marcadas, en España, por la lucha entre los partidos del Gobierno (PSOE y Sumar) y los de la oposición (PP y Vox). Pero en estos comicios también rivalizan PSOE y Sumar por el espacio de la izquierda, y PP y Vox por la hegemonía de la derecha. Además, ERC y Junts compiten por sacar la cabeza tras un nuevo batacazo en las recientes elecciones catalanas.

En los comicios europeos irrumpen también otras formaciones nuevas que apuestan por romper la monotonía del panorama político español. Destacan los partidos que desde la izquierda contestataria o desde la nueva derecha plantean una impugnación a los postulados woke de los grandes partidos. Aunque con algunos matices, tienen algo en común y es que se presentan como movimientos de contrapoder que se alimentan de la crisis nacional y la indignación popular.

Frente Obrero

El Frente Obrero es un partido relativamente nuevo, fundado en 2018 en el Ateneo de Madrid como un frente de masas de Reconstrucción Comunista (RI). Aunque esta organización se definía claramente como marxista-leninista, el Frente Obrero apareció para romper la lógica izquierda-derecha. De hecho, nace como reacción a la frustración de millones de personas con Podemos y el Movimiento 15-M. 

El Frente Obrero se define como un partido patriótico revolucionario muy enfocado en la juventud. Defienden conceptos como la integridad de la nación española, la recuperación de la soberanía nacional usurpada por las élites, la nacionalización de los sectores estratégicos y el control de los precios del alquiler. Pero sobre todo, su mensaje está centrado en la lucha contra la inmigración ilegal, la mano dura contra la delincuencia y el combate contra la izquierda woke postmoderna.

Como tales desafían a la Unión Europea, la OTAN y la Agenda 2030, que consideran herramientas de las élites para restar soberanía a los Estados. Además critican el feminismo radical, la ideología de género y la ley trans promovida por la izquierda institucional. En Cataluña hicieron una campaña muy centrada en la islamización y la inseguridad en los barrios, línea que ahora siguen con las europeas.

Se Acabó la Fiesta (SAF)

Otra nueva formación que irrumpe con fuerza es Se Acabó la Fiesta (SAF), un movimiento liderado por el analista político Alvise Pérez. Hace de la lucha contra la corrupción su principal bandera, aunque ideológicamente se encuentra en los mismos confines que Vox. Esto le permite atraer a buena parte de los votantes desencantados con el partido de Santiago Abascal tras las últimas crisis internas y su viraje ideológico antiliberal.

Tanto es así, que se calcula que Alvise Pérez podría quitarle un 16% de votantes a Vox en las europeas, lo cual supondría 200.000 votos y un 3% y entre 1 y 2 eurodiputados. Alvise Pérez, a quienes algunos llaman ‘el Bukele español’, procede de UPyD y Ciudadanos. Su ideario es netamente conservador y muchos le ven como un outsider de la política que quiere aprovechar su tirón en las redes sociales para arañar votos de la indignación ciudadana y el hartazgo con los partidos tradicionales.

El partido SAF tiene mucho en común con Vox pero su programa político es más difuso y plantea más bien un concepto que es el de la lucha contra la corrupción. Esto, y las decenas de miles de seguidores que ha cosechado Alvise en las redes sociales gracias a publicaciones polémicas sobre cuestiones como el feminismo o la inmigración. Esto le ha valido la etiqueta de extrema derecha, aunque él insiste en que su propuesta va más allá de la ideología.

Iustitia Europa

También desde el espectro antiglobalista nace una nueva formación, Iustitia Europa, que quiere dar la sorpresa en las elecciones europeas del 9 de junio. Su lema “Libertad o Agenda 2023” es más que elocuente sobre la línea que sigue este partido, y que también compite por el espacio ideológico de Vox. En su caso tiene una inspiración mucho más antisistema, pues nace del movimiento antivacunas y bebe de las teorías de la conspiración que calaron en amplios sectores sociales durante la pandemia.

El embrión del movimiento es el grupo de abogados Liberum, que incorpora también a otros sectores como el de los agricultores indignados y el de las terapias naturales. Su propuesta es enfrentarse a las élites europeas para devolver la soberanía a los Estados, y de ahí a sus ciudadanos. Su concepción es que los ciudadanos tomen las riendas de la política para decidir sobre los asuntos que les afecta en su día a día.

Como en el caso de Alvise Pérez quieren jugar un papel de contrapoder, incidiendo sobre todo en la necesidad de canales alternativos de información y plataformas de decisión ciudadana. Ven las europeas como un punto de inflexión en la política española, en lo que ellos llaman resistencia ciudadana pacífica. Igual que Frente Obrero y Se Acabó la Fiesta, este partido podría causar un buen mordisco a Vox e incluso al PP.