La nueva lista ‘indepe’ coge forma: cómo afectaría a la política catalana
La ANC mueve ficha para formalizar una candidatura ‘cívica’, un auténtico desafío para los partidos ‘procesistas’
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ya ha movido ficha hacia la creación de una nueva candidatura independentista. Hace meses que su presidenta, Dolors Feliu, amenaza con la formación de una lista ante la “inacción independentista” que, a su juicio, protagonizan los partidos ‘procesistas’. Feliu se ha caracterizado, desde que ocupa el liderazgo de la entidad, por la posición enconada de sus discursos, sus posicionamientos utópicos y varias salidas de tono que le han valido sonoras críticas.
Hasta ahora, la concurrencia electoral de una cuarta lista de tinte independentista era una simple advertencia. Sin embargo, en los últimos días han trascendido los primeros movimientos de la ANC para caminar en este sentido. La cúpula de la entidad, dirigida con mano de hierro por Dolors Feliu y sus afines, ya prepara una consulta interna sobre la cuestión.
En la asamblea general de la ANC del pasado mes de mayo ya se aprobó trabajar en dicha lista y realizar esta consulta antes de finalizar el año. Tras esta maniobra, además de Feliu, se encuentra el exdiputado de ERC y Solidaritat per la Independència (SI) en el Parlament, Uriel Bertran, ahora responsable de Estrategia de la ANC. Los suyos son los dos nombres destacados de la ANC que no tan solo promueven la cuarta candidatura ‘indepe’, sino que podrían formar parte de ella en puestos destacados.
Ponsatí y Graupera suenan como posibles nombres de la lista de la ANC
Pero, ¿qué caras visibles podría tener la candidatura de la ANC? ‘El Confidencial’ apuntaba esta misma semana a dos nombres. Por un lado, el de Clara Ponsatí, actual eurodiputada por JxCat, pese a que en los últimos meses ha discrepado públicamente de la estrategia de Carles Puigdemont. Ponsatí, que ha podido volver a Cataluña tras caer los cargos que pesaban sobre ella y que comportaban prisión, podría acercarse a esta candidatura, mucho más afín a sus postulados.
La eurodiputada ya formó parte de la lista del otro nombre que ha sido puesto sobre la mesa. Se trata de Jordi Graupera, que ya intentó una candidatura de similares características en el Ayuntamiento de Barcelona, en 2019. Graupera, conocido por sus colaboraciones mediáticas en Cataluña, también es próximo a los planteamientos de la ANC de Feliu y tiene una estrecha relación con Clara Ponsatí.
La lista de la ANC también podría atraer perfiles similares, como el exdiputado de JxCat Josep Costa. A su vez, miembros de SI, el partido de Uriel Bertran —con una estructura de mínimos—, también podrían apoyar la lista e integrarse en ella.
La lista de la ANC, con pocas opciones ‘a priori’
Pero más allá de los nombres que podrían integrarla —solo el tiempo quitará y dará razones—, es interesante analizar qué papel podría jugar la lista de la ANC en las próximas elecciones autonómicas. De entrada, su línea es clara: una candidatura con la independencia como objetivo básico —quizá único—, políticamente intransigente y de tono radical en comparación con los partidos ‘procesistas’.
Los precedentes comparables a esta aventura no parecen demasiado esperanzadores. En 2010, Solidaritat per la Independència logró cuatro escaños en el Parlament —con Joan Laporta como cabeza de cartel—, pero se hundió en la marginalidad dos años más tarde. La profunda crisis de ERC, el único partido independentista en la época, favoreció su efímera aparición —además de la cara visible de Laporta.
La candidatura ‘Front Republicà’, de Albano Dante Fachin, fracasó en las generales de 2019 con 112.000 votos y ningún escaño. El propio Jordi Graupera, con su candidatura en Barcelona, no logró pasar del 3,75% de los votos y no obtuvo representación. Ambos envites tuvieron lugar en un momento de efervescencia del ‘procés’ y, pese a ello, quedaron lejos de conseguir sus respectivos objetivos.
La suma de los precedentes con la crisis que vive el independentismo a día de hoy antoja que la candidatura de la ANC tendrá complicado su objetivo. Sus impulsores pretenden obtener una mínima representación que les pueda dar la clave de una eventual mayoría independentista en el Parlament. Sin embargo, todos los indicadores tangibles parecen contrarios a sus intereses.
Junts y Puigdemont, los principales damnificados por la lista cívica
Presumiblemente, las decenas de millares de votos que obtendría la lista no serían suficientes para entrar al Parlament. Sin embargo, sí podrían hacer daño a las fuerzas ‘procesistas’, especialmente a Junts per Catalunya. El perfil del votante de la lista de la ANC se corresponde con una corriente que, en los últimos años, ha incorporado el partido de Carles Puigdemont.
Desde la creación del partido, Junts ha contado con el apoyo de sectores de corte más intransigente, próximos a la línea de la ANC. Representados por perfiles como Laura Borràs, Míriam Nogueras, Aurora Madaula, Quim Torra o Josep Costa, miles de votantes han confiado en Junts.
El hartazgo de este sector del electorado —JxCat formó parte del Gobierno de Aragonès, al que tachan de ‘autonomista’— se sumaría ahora a una probable investidura de Junts a Sánchez. La combinación de estos ingredientes puede causar una huida de miles de votantes hacia la lista de la ANC. La situación dañaría inevitablemente la expectativa electoral de los de Puigdemont, que aspiran de entrada al ‘sorpasso’ a ERC.
Otro obstáculo para Orriols; tranquilidad en ERC y CUP
En el lado contrario, ERC —más sosegada en el ámbito soberanista en los últimos años— parece no tener demasiado que temer a la lista de la ANC. Tampoco la CUP, con un electorado fiel, concreto y muy definido, se vería significativamente damnificada por la cuarta lista ‘indepe’.
En cambio, la afectación sí podría ser mayor para la alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols. Aliança Catalana ya ha anunciado que se presentará a las próximas autonómicas. Si bien su principal distintivo electoral es su discurso respecto a las políticas migratorias y culturales, lo cierto es que la formación también es de tinte nacionalista e independentista radical.
La coincidencia en la vertiente nacional con la lista de la ANC, pues, puede restar votos a una Aliança Catalana que opta a la representación parlamentaria. Un reto que cuenta ‘per se’ con dificultades y al que no ayudaría la candidatura de la entidad independentista.
Muchos interrogantes por delante
La lista cívica de la ANC, pues, da sus primeros pasos ante los temores de los partidos ‘procesistas’. Está por ver si, finalmente, se hace realidad la candidatura y cómo influyen otros factores importantes. ¿Las elecciones catalanas serán en febrero de 2025 o se adelantarán? ¿Contará la candidatura con otros nombres destacados?
¿Se enfrentaría directamente a Puigdemont si este volviera a España y fuese candidato? Son incógnitas determinantes que van a resolverse en los próximos meses y que marcarán, sin duda alguna, el futuro del ‘procesismo’.
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