Montaje con foto de policía y una puerta de fondo
POLÍTICA

El mundo al revés en Cataluña: Una propietaria acaba denunciada por los okupas

Su apartamento de Salou fue ocupado por una familia de senegaleses y todos los intentos por echarlos han fracasado

La okupación se ha convertido en un quebradero de cabeza para miles de propietarios que se encuentran desamparados e indefensos en Cataluña. El Caso desvela ahora la historia de una mujer que vio como una familia de senegaleses le ocupaban el apartamento que tiene en Salou (Tarragona). Años después, no solo no ha conseguido echarlos de su casa sino que ha acabado denunciada por los inquilinos.

Según informa el digital, todo empezó hace unos años cuando la madre de la propietaria alquiló el apartamento a una amiga para un par de meses. La estancia se acabó alargando más de lo previsto, y entre medio la propietaria murió quedando el piso en manos de su hija. La inquilina se marchó sin decir nada, y un tiempo después la nueva propietaria descubrió por casualidad que el piso había sido ocupado.

En el apartamento había una familia de senegaleses, que a pesar de no tener contrato se negaban a abandonar el inmueble. Los servicios sociales mediaron para que la propietaria hiciera una oferta de alquiler, pero la intención de la mujer era recuperar el piso. Desde entonces, los inquilinos se han negado reiteradamente a irse e incluso han pagado alguna mensualidad para utilizarlo en su defensa.

Viviendo con menores sin luz y sin agua

Harta de la situación, la propietaria recurrió a una empresa privada antiokupaciones que rompió la cerradura y cortó el agua para forzarles a irse. La situación lejos de mejorar empeoró, porque los okupas acabaron denunciando a la mujer por correcciones. Los Mossos acudieron a tomarle declaración, pero no fue posible porque había sido ingresada en el hospital por un problema de salud.

Ha habido nuevos intentos de la propietaria de convencer a los inquilinos para que se vayan pero no ha surtido efecto. Les han ofrecido un piso en otro municipio, pero se niegan a irse porque solo quieren vivir en Salou. La mujer denunció que estaban viviendo con menores sin agua y sin luz, pero la policía abrió diligencias por mentir al ocultar que había sido denunciada por coacciones.

Como último recurso, la mujer se plantó en su propiedad afirmando que se quedaba a vivir allí hasta que se marcharan. Los okupas llamaron a la policía, que convenció a la mujer de que se marchara informándole de que lo estaba haciendo era ilegal. Esta es la realidad cotidiana de muchos propietarios en Cataluña, donde la ley parece estar de parte de los delincuentes.

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