Los ciudadanos se hartan y muestran el rostro de una carterista multirreincidente
Una carterista es pillada con su aprendiz en el metro de Barcelona, recibe el escarnio de un ciudadano
La inseguridad en Barcelona ha alcanzado niveles preocupantes. Aunque el primer trimestre del 204 los hurtos han bajado respecto al mismo periodo del año anterior, en 2023 la ciudad registró 141.746 casos, un 7,1% más que el 2022. Este aumento de la criminalidad ha llevado a algunos ciudadanos a tomar medidas por su cuenta, como lo demuestran las acciones de la Patrulla Ciudadana BCN.
Un reciente video, grabado y difundido por un miembro de esta patrulla, muestra a una conocida carterista en unas escaleras mecánicas del metro.
El autor del video, decidido a que su identidad sea pública para evitar futuros robos, graba de cerca a la mujer, una extranjera reincidente. Según se informa, ha sido detenida decenas de veces sin haber sido encarcelada. El video también captura a su compañera, otra carterista, mientras ambas operan en el transporte público.
Durante la grabación, el ciudadano advierte a los usuarios del metro sobre la presencia de las carteristas. Al darse cuenta de que están siendo filmadas, intentan cubrirse el rostro para evitar ser reconocidas. Este tipo de acciones refleja la desesperación de la ciudadanía ante lo que perciben como una falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades.
La situación en toda Cataluña es igualmente alarmante. En 2023, se registraron 170.136 hurtos, un 4,9% más que el año anterior, y la gran mayoría de estos delitos, el 83,3%, ocurrieron en Barcelona. Este incremento ha generado un sentimiento generalizado de inseguridad entre los barceloneses y ha planteado serias preguntas sobre la eficacia de las políticas de seguridad actuales.
Las redes sociales se han convertido en un canal importante para la denuncia ciudadana. La cuenta de Instagram de la Patrulla Ciudadana BCN, por ejemplo, se dedica a exponer a delincuentes reincidentes, buscando así disuadir sus actividades criminales y alertar al público. Sin embargo, estas acciones también han generado controversia, ya que algunos críticos argumentan que pueden vulnerar los derechos individuales y fomentar el vigilantismo.
Mientras tanto, las autoridades locales insisten en que están trabajando para mejorar la seguridad en la ciudad. La policía de Barcelona ha incrementado su presencia en áreas problemáticas y está implementando nuevas tecnologías de vigilancia. No obstante, los ciudadanos siguen demandando medidas más contundentes y efectivas para reducir el número de hurtos y restaurar la confianza en la seguridad pública.
El aumento de la delincuencia y la respuesta ciudadana destacan la necesidad urgente de una revisión profunda de las estrategias de seguridad en Barcelona. Solo mediante un enfoque coordinado y comprensivo entre la policía, las autoridades locales y la comunidad, se podrá enfrentar de manera efectiva este desafío creciente.
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