Las siete crisis en seis meses del Govern de Pere Aragonès
El Dragon Kahn de la Generalitat de ERC en el último medio año es de película, con casi un problema de envergadura encima de la mesa cada dos semanas
Pere Aragonès afronta las elecciones del 12 de mayo con mucha incertidumbre. Su poco perfil político no ayuda, así como tampoco la irrupción de Carles Puigdemont como candidato de Junts. Sin embargo, el principal problema del líder de ERC es una cuestionable obra de gobierno y la sensación de una cantidad de crisis sin resolver que han acompañado al Govern hasta hoy.
Esquerra gobierna en solitario la Generalitat desde octubre de 2022 y su día a día no ha estado exento de polémicas. Solo en los últimos seis meses -desde octubre- ha tenido que lidiar en siete frentes que siguen sin resolver la mayoría. Empezábamos el octubre de 2023 con peleas y saqueos en Molins de Rei, Manresa, Vic y Barcelona. Seguíamos con el informe PISA, la huelga de enfermeras y la gestión de la sequía. Después se tuvo que lidiar con el sector primario, para acabar topando con los presupuestos y ahora con la crisis en las cárceles catalanas.
Todo esto en tan solo medio año, sin tener la oportunidad de presentar obra de gobierno, convocando elecciones anticipadas tras otro sonoro fracaso. Las siete problemáticas tienen, además, un factor en común: el Govern las ha negado primero, ha intentado tomar alguna medida y a día de hoy siguen sin resolverse al 100%.
Explota la inseguridad
"Estamos preocupados, como lo están todas las policías y gobiernos europeos. Es un fenómeno global", decía Joan Ignasi Elena el octubre en el Parlament sobre varios episodios violentos. Se llegó a celebrar un pleno monográfico sobre la inseguridad y en Manresa 2.000 personas salieron a la calle contra la inseguridad. El Govern aseguró que Cataluña "era un país seguro", para después empezar a hacer dispositivos especiales en la capital del Bages para detener a varios de los causantes de las peleas.
A día de hoy, la inseguridad sigue siendo un problema creciente y Cataluña se ha convertido en punto caliente de las mafias del sur de Europa.
El informe PISA
A principios de diciembre, el informe PISA, que avalúa el nivel de los estudiantes europeos, señaló el "catastrófico" nivel de los alumnos catalanes. Cataluña se sitúa a la cola de España. "Los resultados españoles del informe internacional PISA son malos, pero en Cataluña son catastróficos. Tanto que merecen una reflexión y una explicación", dijo entonces el director de Educación de EsadeEcPol, Lucas Gortazar.
El Govern primero lo atribuyó a la sobrerrepresentaron del alumnado extranjero en las pruebas, para admitir después que no había sido así. Anna SImó acabó cesando al presidente del Consell Superior d'Avaluació del Sistema Educatiu (CSASE), Carles Vega. Creó después un comité de expertos y destinó 50 millones a este grupo sin saber qué propondrían. Sin presupuestos y con elecciones a la vista, no hay previsión alguna de cambios en Educación.
Huelga de enfermeras
El 2024 empezaba en Cataluña con una huelga de enfermeras y de parte del personal sanitario. Estos colectivos entendían que Salut había llegado a un acuerdo con los médicos, pero habían menospreciado a los otros sanitarios. La huelga de enfermeras fue dura, se alargó varias semanas mientras pedían mejoras salariales y de condiciones. Llegaron a pedir dimisiones al consejero Balsells.
A finales de enero, las enfermeras desconvocaban la huelga reconociendo que se habían acordado soluciones a medias. De hecho, crearon una mesa bilateral para reunirse cada dos meses y poder asegurar que se cumplirán los acuerdos. Con las elecciones y sin cuentas, no hay constancia de que se estén desarrollando ahora mismo.
La nula previsión con la sequía
Cataluña entró en emergencia por sequía y la única solución que tenía el Govern era esperar que lloviera y decretar restricciones. Finalmente, fue el Gobierno de España quien aportó dos soluciones: traer agua desde Sagunto a partir de junio y avanzar el dinero para construir dos nuevas desalinizadoras, de modo que Cataluña no dependiera del agua de la lluvia en 2030.
Pese a sufrir ya un período de sequía en 2008, la Generalitat no había invertido prácticamente nada en infraestructuras que permitan no malgastar agua, conseguirla del subsuelo o del mar.
El sector primario dice basta
A mediados de febrero llegaron también a Cataluña las protestas de agricultores que se habían extendido por toda España. El sector primario se hartó de una legislación absurda de Europa y de una Generalitat más pendiente de la burocracia, que de ayudarlos. La agenda marca las políticas en agricultura, ganadería y pesca, que viven ahogados.
Las protestas llegaron hasta la misma casa del consejero Mascort, que tardó varios días en reunirse con agricultores. Finalmente, accedió a algunos cambios, como el nombre de la consejería y el de agilizar trámites burocráticos. El problema es que el sector primario vive pendiente de lo que dicte Europa, donde los partidos catalanes y estatales pasan por el aro.
Un Govern sin presupuestos
Pere Aragonès aseguraba por activa y pasiva que quería agotar mandato y hasta preparó los presupuestos para 2024. Decían que eran los más expansivos de Cataluña y todo parecía indicar que serían votados tanto por el PSC como por los Comuns. Lo que pasa es que ERC fue incapaz de convencer al partido de Ada Colau y el Hard Rock sirvió como excusa para no aprobarlos.
Casi de imprevisto, Aragonès y Esquerra se encuentran sin cuentas, debilitados y con unos Comuns enfadados porque no gobiernan en Barcelona. En lugar de negociar, ERC mete la quinta y convoca elecciones.
El asesinato de Núria en la cárcel de Mas Enric
El 13 de marzo, un interno de la prisión de Tarragona mataba a una cocinera de la cárcel y se suicidaba. El Govern habló en una primera instancia de dos muertes violentas y guardó silencio. La indignación de los funcionarios de prisiones fue en aumento y empezaron las protestas. Hacía meses que pedían cambios, que argumentaban miedo y agresiones. La respuesta de la Generalitat fue el silencio absoluto durante 8 días y amenazas a los funcionarios.
Finalmente, el 21 de marzo, la consejera Ubasart comparecía en el Parlament y se quitaba responsabilidades. No solo descartaba dimitir, sino que aseguraba que la muerte de Núria no se habría podido evitar. Ubasart, además, se situaba al lado de las familias de los presos.
Han sido solo seis meses, pero el Govern ha ido a crisis mensual. Ya no es que no haya podido solucionar la mayoría de estas problemáticas, es que se aboca a unas elecciones con esta obra de gobierno. No queríamos estar en la piel de Pere Aragonès.
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