Pere Aragonès con rostro muy serio sentado en su silla del Parlamento de Cataluña
POLÍTICA

Pere Aragonès se hace aún más pequeño

El pacto PSOE-Junts acentúa la irrelevancia de Esquerra

La batalla por la formación de la Mesa del Congreso ha evidenciado otra guerra soterrada, la de los partidos procesistas. ERC y Junts compiten por el protagonismo en Madrid como antesala de las futuras elecciones catalanas. Con el pacto PSOE-Junts de ayer, Carles Puigdemont asesta un primer golpe a la mandíbula de Pere Aragonès.

Pese a las críticas de los sectores más radicales del independentismo, Waterloo ha ganado el primer pulso. En Junts sacan pecho por haber tenido a Sánchez contra las cuerdas hasta el último instante. Elogian la estrategia de Puigdemont para conseguir una “demanda histórica” del catalanismo, y contrarrestan las acusaciones de traidores afirmando que “la investidura sigue exactamente donde estaba”.

Pero hay algo más importante, y es que ERC ha sido incapaz de hacer valer su posición en el Govern de la Generalitat para encabezar las negociaciones con el PSOE. En cambio, Junts, fuera del Govern y con su líder prófugo de la justicia, ha tomado la delantera. Esto debilita aún más la ya de por sí complicada situación de Pere Aragonès.

La larga agonía de Esquerra

Con el Govern en minoría, la crisis del procesismo, la sangría de votos y el auge del PSC, Pere Aragonès está contra las cuerdas. Cada vez son más las voces que piden elecciones anticipadas. El President quiere agotar la legislatura, pero cada nuevo movimiento le acerca más a la irrelevancia política.

La pugna de los partidos procesistas en la crisis del gobierno español ha acentuado aún más su pérdida de protagonismo. No es extraño que ERC convocara una rueda de prensa en el Congreso minutos después de anunciarse la decisión de Junts. Querían demostrar que también habían conseguido imponer sus exigencias al PSOE.

Plano medio de Pere Aragonès y Carles Puigdemont, ambos posando sonrientes

Puigdemont ha llevado con discreción la iniciativa de las negociaciones. Primero dando portazo a la propuesta de Esquerra de formar un frente común independentista en Madrid, y luego tensando la cuerda de la negociación hasta el último minuto. Esto permite a Junts no solo imponer su relato, sino también tomar ventaja de cara a la siguiente pantalla, la de la investidura.

Sigue la guerra Junts-ERC

En Cataluña cunde la sensación de que ERC ha ido todo el rato a remolque de las negociaciones entre el PSOE y Junts. Toda una anomalía, teniendo en cuenta que Esquerra ostenta el Govern y por lo tanto una posición privilegiada como interlocutor. Pero todo el protagonismo se lo ha llevado Puigdemont, frente a la invisibilidad de Aragonès.

Las declaraciones de los dirigentes postconvergentes y republicanos ayer evidencian una lucha sin cuartel. En Junts se apuntan el tanto de la oficialidad del catalán en Europa y en las instituciones. En Esquerra sacan pecho por la desjudicialización del Procés.

Pero ambos lanzaron un claro mensaje, y es que las negociaciones de verdad empiezan ahora. Puigdemont parte con una posición de ventaja, sobre todo porque a diferencia de ERC su voto no está asegurado. Pero Esquerra quiere disputarle el protagonismo y aprovechar el desgaste del giro de ayer de Junts acercándose al PSOE.

¿Elecciones en Cataluña?

La alianza con el PSOE le ha costado a ERC la pérdida de miles de votos y pasar de primera a tercera fuerza en Cataluña. El calendario marca 2025 como fecha para las próximas elecciones catalanas, pero Aragonès cada vez lo tiene más difícil para resistir en el poder. El desenlace de la investidura en España marcará en buena medida su futuro.

No todo son malas noticias para los republicanos. El acuerdo con el PSOE en el Congreso abre la puerta a revalidar el apoyo del PSC a los presupuestos del Govern de Pere Aragonès. Sánchez garantizaría la gobernabilidad de Cataluña a cambio de obtener el apoyo de ERC a su investidura.

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