Junts y la CUP van ahora de la mano
Los anticapitalistas compran el discurso de la derecha catalana
Hace ya tiempo que el Procés hizo volar por los aires la política de bloques en Cataluña. El actual debate sobre el posicionamiento de los partidos independentistas en la negociación por la investidura está dando buenas muestras de ello. La radicalización ha acercado dos espacios antagónicos como el postconvergente y el de los antisistema.
No es extraño que la CUP haya sido la formación más entusiasmada con el planteamiento de Carles Puigdemont en Bruselas. Los anticapitalistas aprobaron las exigencias del expresident como marco para la negociación. Mostraron, además, el mismo escepticismo que Puigdemont hacia sus interlocutores.
Una delegación de la CUP formada por Carles Riera y Edgar Fernández viajó hasta Bruselas para seguir la comparecencia del líder de Junts. Una vez finalizada, se mostraron satisfechos con las demandas de Puigdemont. Y añadieron que “la negociación solo será posible si incluye autodeterminación y amnistía”.
La CUP, en la línea de Junts
“El derecho a la independencia” del que habló Puigdemont como condición para negociar es también el punto de partida que plantea la CUP. Los anticapitalistas defienden el discurso de Puigdemont. Sus demandas, dicen, se corresponden con los marcos de negociación internacionalmente reconocidos.
Eso sí, Carles Riera ha advertido de que las exigencias valen como punto de partida pero que hará falta “desbordar el Estado”. Los anticapitalistas se alinean con Junts, pero con la intención de arrastrarles hacia las tesis de la confrontación. Y avisan, “la independencia no se conseguirá con una negociación de investidura española sino con movilización y conflicto con el Estado”.
El procesismo sigue dividido por la negociación en Madrid. En un extremo está ERC, que trata de marcar perfil independentista pero que prioriza el entendimiento para investir un gobierno progresista en España. En el otro extremo está el abstencionismo indepe, enfrentado a los partidos y partidario de bloquear las instituciones españolas.
En la escala de grises se encuentra Junts, que a su vez se divide entre el sector moderado más cercano a ERC y el sector radical próximo al abstencionismo. En esta escala de grises está también la CUP, que se aviene a la negociación pero solo con la amnistía y el referéndum como premisas. Ahí es donde se encuentran la derecha nacionalista y el independentismo antisistema.
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