Un hombre con traje azul y corbata a rayas posa frente a una bandera con franjas rojas y amarillas.
POLÍTICA

Jordi Puigneró, de joven promesa de Junts a marginado por Puigdemont

Fue el cerebro de la identidad digital catalana y ahora hace encuestas en las redes sociales

Cuando hace unos meses se abrió el melón de la posible sucesión de Carles Puigdemont, uno de los nombres que sonó con fuerza fue el de Jordi Puigneró. El exconsejero fue en su momento una de las figuras emergentes en el organigrama de Junts. Pero su declive quedó definitivamente confirmado en el congreso nacional del partido celebrado el pasado fin de semana.

Carles Puigdemont incluyó en la nueva ejecutiva a Jaume Giró y Josep Rius, que también figuraban en las quinielas de su sucesión, pero en cambió no metió a Puigneró. En poco tiempo Jordi Puigneró ha pasado de ser vicepresidente de la Generalitat a ir de número cinco en las listas de una candidatura municipal.

Carles Puigdemont, en primer plano y Jordi Puigneró, Jaume Giró y Josep Rius detrás

La evolución descendiente de Puigneró en Junts es todo un misterio. Puigdemont confío en él durante su etapa como presidente de la Generalitat, encargándole un proyecto clave en vísperas del referéndum como la digitalización de la República Catalana. Él se mostró siempre como un hombre leal al expresident, con quien fraguó una sólida amistad sostenida en el tiempo durante los años del exilio.

De niño mimado a obstáculo para la nueva etapa

El problema para Puigneró es que muchos le identifican con el fiasco del procés, que le llevó a una deriva histriónica en los años siguientes. Pasó sin pena ni gloria como consejero de Políticas Territoriales en los gobiernos de Quim Torra y Pere Aragonès. En poco tiempo pasó de ser un perfil tecnócrata llamado a liderar el partido a ser más conocido por sus excentricidades en las redes sociales.

Acabó peleándose con Jordi Cañas, haciendo tuits de cuñado para Puigdemont y elaborando encuestas en Twitter de dudoso interés. Siempre se ha mantenido fiel a Puigdemont e incluso representa al sector convergente del partido, radicalmente independentista y conservador en lo social. Un perfil que encajaría perfectamente en el nuevo rumbo que quiere dar Puigdemont al partido, pero que en cambio plantea otros problemas.

Puigdemont considera que su paso por el gobierno catalán le desgastó demasiado y que su evolución estos últimos tiempos no le ha ayudado a recomponer su imagen. Hace unos meses protagonizó una polémica por hacer una encuesta sobre la inmigración, que ERC aprovechó para acusar a Junts de alimentar la "extrema derecha". En la elaboración de su lista, Puigdemont ha priorizado figuras moderadas de bajo perfil, o bien perfiles consolidados con una lealtad sin grietas a su dirección.

Imagen de Jaume Giró en su despacho

La evolución de Puigneró contrasta con la de Jaume Giró, con quien en su día pugnaron por hacerse con las riendas del poder en Junts. Fuentes internas hablaban de una gran rivalidad entre ambos, que veces llevaba a los celos y los continuos intentos de aparentar por encima del otro. La consagración de Giró es también un duro golpe para Jordi Puigneró, que ha pasado de ser el niño mimado de Junts al gran ausente de la ejecutiva de su buen amigo Carles Puigdemont.

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