Carles Puigdemont en primer plano saludando con cara sonriente
POLÍTICA

La investidura encalla

En el PSOE cunde el pesimismo sobre un acuerdo inminente


La delegación socialista encargada de negociar con Carles Puigdemont se quedará algunas noches más en Bruselas. Así lo adelanta El Debate, medio según el cual los negociadores habrían ampliado por tercera vez las noches de hotel. En el PSOE ya casi nadie confía en que vaya a haber un acuerdo inminente.

De hecho, en el equipo negociador empiezan a temer que Junts apure el calendario como estrategia de presión. Hay que recordar que el 27 de noviembre es la fecha límite para la investidura. Si dentro de veinte días PSOE y Junts no llegan a un acuerdo, habrá repetición electoral automáticamente.

En Ferraz contaban con investir a Pedro Sánchez esta semana, pero esta opción está ya prácticamente descartada. En Junts no tienen prisa, y quieren tenerlo todo bien atado antes de tomar una decisión que para ellos es incómoda. Lo que está claro es que a medida que avanzando los días la presión aumenta para ambos.

Junts apura el calendario

La presión no asedia solo a Pedro Sánchez, sino también a un Puigdemont al que amplios sectores del independentismo le piden que no ceda. Pero Junts tiene un plan establecido y pasa por arrancar al PSOE un acuerdo histórico que pueda vender luego a los suyos. Por eso no dará su ‘sí’ hasta tener todos los detalles bajo control.

Montaje con un plano medio de Pedro Sánchez y Carles Puigdemont con cara de pocos amigos y de fondo una foto del hemiciclo del Parlamento Europeo

En Junts quieren que conste blanco sobre negro quién entrará y quién no en la amnistía, y aclarar la letra pequeña. Hay también en todo esto algo de escenificación. Tras el bandazo del pasado jueves, ahora Puigdemont tiene que mantener el pulso para seguir vendiendo una imagen de intransigencia.

Pero hay otra circunstancia que amenaza con impedir el avance de las negociaciones. Se trata de la imputación de Carles Puigdemont por terrorismo, una circunstancia que dejará al expresident fuera de la amnistía. Esto es importante, porque aunque Junts siempre ha dicho que no se negocian cuestiones personales, es evidente que uno de los objetivos es la vuelta de Puigdemont a Cataluña.

Nervios en el PSOE

En Ferraz no se contempla la opción de que Puigdemont se acabe echando atrás, pero el freno en las negociaciones desata el nerviosismo. Es evidente que el paso de los días beneficia más a Junts que a los socialistas. Si llegan al último día con la investidura en el aire, pueden aparecer las concesiones a la desesperada. 

Los últimos acontecimientos, aunque parezca contradictorio, corren a favor del PSOE. La ofensiva de los jueces conservadores y la violencia ante las sedes socialistas convierte a Pedro Sánchez y a Carles Puigdemont en aliados. El equipo negociador del PSOE intentará convencer a Junts de la necesidad de un frente común contra la extrema derecha. 

O a la inversa, harán ver a Puigdemont que si no inviste a Pedro Sánchez será cómplice de una posible victoria de la ultraderecha el 14 de enero. Tanto en la órbita del PSOE como de Junts dan por hecho que habrá acuerdo. Pero la forma como se desencalle y se anuncie el acuerdo es tan importante como la propia negociación en sí. 

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