Montaje con fotos de personajes
POLÍTICA

Guerra sucia de Ada Colau contra Jaume Collboni en Barcelona

Los Comunes utilizan a las entidades sociales afines para hacer de Barcelona una ciudad ingobernable

La líder de los Comunes en Barcelona, Ada Colau, sigue sin digerir su derrota y el posterior veto del PSC y ERC para entrar en el gobierno municipal. Con la guerra de los presupuestos aún coleando, la exalcaldesa estaría llevando a cabo una guerra sucia contra el actual alcalde, Jaume Collboni, a través de las organizaciones sociales en la órbita del colauismo. Según ha destapado Metrópoli, esta sería la estrategia de Ada Colau para embarrar la legislatura y hacer de Barcelona una ciudad ingobernable.

El epicentro de esta estrategia sería el Eixample, que fue una de las grandes apuestas del colauismo para instaurar su modelo urbanístico de las ‘superilles’. Allí, la exalcaldesa estaría agitando a las entidades vecinales para llevar a cabo una rebelión contra el actual equipo de gobierno capitaneado por el PSC. Así se ha evidenciado con la protesta de los vecinos a raíz de las obras de remodelación de la Línea 8 de Ferrocarrils de la Generalitat, que irá soterrada en el parque Joan Miró.

El movimiento está encabezado por la Asociación de Vecinos y Vecinas del Eixample Esquerra, además de varias entidades afines a Colau. Es el caso de Eixample Respira, detrás de la cual está, entre otros, el concejal de BComú Guille López, y que defienden a ultranza el eje verde promovido en la anterior etapa. Los Comunes controlan además otras organizaciones que sirven de fuerza de choque del colauismo contra el actual gobierno municipal y el alcalde Jaume Collboni.

Guerra soterrada contra el gobierno de Collboni

En el trasfondo de esta guerra soterrada está el temor de BComú a los planes de Collboni para desmantelar el modelo de ciudad de las anteriores legislaturas. En el equipo de Ada Colau reivindican la herencia de la exalcaldesa, y acusan a ERC y al PSC de promover un modelo distinto en puntos clave como el urbanismo, el turismo, el comercio y la vivienda. Sin fuerza suficiente para plantar cara en el consistorio, donde han quedado aislados por el veto a Ada Colau, ahora utilizan a estas entidades como motor de desgaste del gobierno.

Montaje de Ada Colau en el eixample de Barcelona

No se trata solo de una movilización social permanente que ejerza presión sobre el actual alcalde, sino también de una ofensiva judicial. De ahí que Eixample Respira haya llevado al ayuntamiento de Barcelona ante el Tribunal de Cuentas Europeo por su inacción en la lucha contra la contaminación. Pretenden así bloquear la llegada de los fondos de recuperación europeos a Barcelona, y ahogar las cuentas del gobierno municipal.

Desde el PSC sienten que efectivamente hay una guerra soterrada impulsada por Ada Colau para mantener su herencia política por todos los medios. Creen que los Comunes están utilizando a entes afines como el Síndic de Barcelona para dificultar la acción del actual equipo de gobierno. También ponen palos en las ruedas con eventos como la exhibición de coches de Fórmula 1 prevista para junio, que los Comunes tratan de sabotear pese a que supone una importante inyección de dinero para la ciudad. 

Los de Colau, cada vez más aislados

A Eixample Respira se han sumado la Federación Asociación de Vecinos de Barcelona (FAVB) y Revolta Escolar, dos entidades controladas por BComú. El colauismo utiliza todos los resortes de los que dispone para dificultar la acción de gobierno, e impedir que Collboni siga adelante con su intención de abrir una nueva etapa en la ciudad. Algo que es visto desde el PSC como una oposición destructiva y una guerra sucia que impide cualquier acercamiento entre socialistas y comunes.

Mientras, los socialistas han aprobado ya las cuentas a la espera de confirmar la ampliación del gobierno con la entrada de los republicanos. La incapacidad de la oposición de articular una moción de censura contra Collboni apuntala a los socialistas en el gobierno y confirma el aislamiento de los comunes. Este es precisamente el gran temor de BComú, los 3.807 millones presupuestados de los que ahora dispone el PSC para llevar a cabo su modelo reformista de regeneración de la ciudad.

La situación de Colau es desesperada, porque para atacar al gobierno tiene que ponerse de acuerdo con partidos en las antípodas como Junts, el PP y Vox. La cosa podría empeorar aún más si se confirman los malos pronósticos de los Comunes en las elecciones de este domingo. Aislados en el ayuntamiento de Barcelona y sin peso en el Parlament, el proyecto de Ada Colau avanza un poco más hacia el abismo y justifica las voces críticas que le piden que dé un paso al lado.

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