Hombre con traje azul y corbata marrón hablando en un podio.
POLÍTICA

Gabriel Rufián se erige como candidato favorito de las izquierdas españolas

ERC continúa con su dinámica: fracasar en Cataluña y buscar el éxito en Madrid

Dadas las particularidades de la política española, la izquierda se lleva bien con los movimientos nacionalistas periféricos. Esto ha llegado a su máximo expresión con el Gobierno ‘Frankenstein’, que ha llegado a unir a partidos como Sumar con el PNV. Dentro de estas amistades, una de las más intensas ha sido la de Gabriel Rufián con la izquierda española y, en particular, con Podemos.

A nadie se le escapa que Rufián es una de las figuras más aplaudidas por la órbita de Podemos. En su día, esto llegó hasta el punto de especulaciones de posibles listas conjuntas para las elecciones europeas. Por su parte, Rufián se deja querer.

Recientemente, figuras del espacio mediático de Podemos han vuelto a poner en circulación la idea de que Rufián podría unir a toda la izquierda. Así se expresaba en redes Rubén Hood, un periodista del periódico de Podemos, y autodenominado como “activista mediático”:

Este mensaje se hizo muy viral, llegando a rozar los tres millones de visualizaciones. Es decir, que ha tocado en hueso. Y una de las respuestas no podía ser otra que la del propio Rufián. En lugar de decir nada, Rufián se ha limitado a colgar una foto de la persona que, a su juicio, debería unir a la izquierda: Irene Montero:

El mercado tiende a la concentración

Esta situación entre Rufián y Podemos es indicativa de una dinámica mayor. Nos referimos a la perdida progresiva, pero constante, de influencia de la izquierda ‘woke’ y las izquierdas soberanistas (sobre todo, en Cataluña). Esto conduce a que los competidores no puedan dividirse el mercado y tengan que cooperar.

Una persona hablando y gesticulando con las manos durante una conferencia de prensa.

El objetivo no sería otro que armar una especie de gran coalición con todas las etiquetas ideológicas ya conocidas. “Plurinacional”, “soberanista”, combatir a la “extrema derecha”, etc. En este contexto, un perfil como el de Rufián adquiere mucho valor por dos motivos.

El primero es que es una figura muy mediática y perfectamente integrada en el ecosistema mediático español. La segunda es que Rufián, en continuidad con la estrategia de Junqueras, optó por tener un discurso más de izquierdas que nacionalista. El precio de esta estrategia es fracasar en Cataluña y tener éxito en Madrid.

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