Montaje con dos primeros planos de Salvador Illa a la izquierda y Pere Aragonès a la derecha, mirándose uno a otro

POLÍTICA

ERC opta por la guerra de baja intensidad contra Salvador Illa

Esquerra pedirá explicaciones a Illa en el Parlament, mientras sus cargos electos señalan ya al exministro en la prensa

El actual contexto político en Cataluña ha situado a ERC en una incómoda posición, ante el dilema de tener que decidir entre el abrazo al PSC o la estrategia suicida de acercarse a Junts. El Govern de Pere Aragonès sobrevivirá a su último año de legislatura gracias al apoyo de los socialistas. Pero el President de la Generalitat y su mano derecha Sergi Sabrià han dado un golpe de timón cerrando el paso a cualquier alianza con el PSC y abriendo la puerta al enésimo intento de reconstruir la unidad independentista.

En pleno cambio de rumbo ha estallado el escándalo de corrupción del PSOE que salpica al exministro de Sanidad y candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa. ERC aprovechará la corriente a favor para llevar a cabo una guerra de baja intensidad cuyo objetivo es desgastar al candidato socialista. Esquerra pedirá explicaciones a Illa en el Parlament, mientras sus cargos electos señalan ya al exministro en la prensa escrita.

Una estrategia arriesgada, sin duda, ya que según las encuestas la única vía de salvación para ERC pasa por formar gobierno con los socialistas. Con el independentismo cayendo en las encuestas, solo una mayoría progresista salvaría las opciones de los republicanos de permanecer en la Generalitat. Y para esto ERC necesita que el PSC obtenga unos buenos resultados, pese a la necesidad de desmarcarse de los socialistas para competir con Junts.

ERC se lanza a por el voto socialista

El dirigente municipal de ERC Andreu Pujol Mas ha abierto la veda con un artículo en El Punt Avui señalando a Salvador Illa como “responsable de la compra de todo el material sanitario que llegaba al Estado”. Según apunta, “si un asesor podía cobrar comisiones es porque su intervención era necesaria para vender la mercancía”. De ello deduce que “tenía los contactos políticos para favorecer a unos proveedores frente a otros”.

Pujol concluye que en lugar de Ábalos “quizás quien tendría que dar más explicaciones es el exministro de Sanidad y no quien fuera ministro de Transportes”. El concejal marca así el camino de la estrategia de ERC, que exigirá explicaciones a Illa en sede parlamentaria con la intención de erosionar sus expectativas electorales. En el trasfondo está la convicción de ERC de que su competencia electoral está no tanto en la lucha con Junts sino en la guerra por el votante catalán de izquierdas, o sea, contra el PSC. 

Hay otro riesgo en estos ataques, y es que para ERC será más fácil una campaña con un Illa señalado por la corrupción que con un candidato alternativo. De ahí que por ahora la prioridad no sea una guerra total sino de baja intensidad contra el líder de la oposición. Para los republicanos también es evidente que después de las elecciones será más fácil pactar con Illa que con cualquier otro candidato.

El Aragonès más pragmático

Pese al postureo de Aragonès y Sabrià, en las últimas semanas se ha consolidado la alianza entre PSC, ERC y Comunes como única salida a la doble crisis en Moncloa y en la Generalitat. La aprobación de los presupuestos en el ayuntamiento de Barcelona y en la Generalitat es la mejor muestra de ello. Esquerra puede aprovechar el ‘caso Koldo’ para intentar arañar algunos votos al PSC, pero sabe que no debe forzar la máquina para evitar una debalce socialista que le dejaría sin margen de maniobra.

Montatge amb Carles Puigdemont, Pere Aragonès i Salvador Illa amb el Parlament de fons

Se impone así el pragmatismo ante una realidad que exige ir con pies de plomo. Al otro lado está Junts, que también lo tendrá difícil para desmarcarse del PSC cuando el electorado independentista le señala por los pactos con Pedro Sánchez. ERC mira de reojo también el peligro de una sociovergencia, poco probable pero no descabellado.

En todo caso, los ataques a Salvador Illa no solo sirven para desgastar electoralmente al PSC sino también para desviar el foco de las crisis que acumula el Govern. En Palau creen que mientras se hable del ‘caso Koldo’ no se hablará de sequía, de agricultores o de fracaso escolar, y eso beneficia a Esquerra. Nada nuevo en el gobierno empequeñecido de ERC, acostumbrado a esconder la cabeza bajo el ala.