Los procesistas asumen que se equivocaron con Sánchez
El Govern de ERC va apagando los fuegos que le provoca Puigdemont y se quema sin obtener nada a cambio
Por fuerza, el Govern ha admitido que o bien Sánchez les ha engañado o que ellos se han dejado engañar. No había que ‘fiar todas las cartas’ al gobierno español, ha dicho la Consejera de Acción Exterior, Meritxell Serret. Se refiere a que Sánchez no ha hecho oficial el catalán en Europa.
Europa dice que no
Breve resumen: hacer oficial el catalán en Europa fue uno de los logros paralelos de Puigdemont para hacerle competencia a ERC. Por lo demás, todo quedó en el aire y con los incondicionales de Waterloo viendo una conquista histórica. Sánchez dijo que sí a todo y le hizo un favor a Junts, que lo que quería era la amnistía sin dejar de ser el gallo en el corral nacionalista.
El resto se sigue solo y máxime con un dominó tan previsible como el catalán. Sánchez fue a Europa a contar este asunto interno y los europeos, en resumen, dijeron que cuánto cuesta todo esto y que mejor no. No fuera a ser que a sus respectivos nacionalismos también les diera por pedir la oficialización de folklores varios.
Así, el ministro Albares descolgaba teléfonos hasta que debió informar a Moncloa que lo del catalán no iba a ser el caso. Se asume, se le comunica a Junts y que mucho ánimo con tus críticos más nacionalistas que tú. A todo esto, el Govern de ERC es como un derivado financiero: su valor en este asunto dependía del subyacente, que se ha hundido.
Seguiremos luchando, etc
La respuesta del Govern, Meritxell Serret mediante, ha sido la habitual: retórica institucional. Ha admitido - casi tendría que haber confesado - que ha sido un error fiarlo todo al gobierno de España y ha marcado abdominales. Ha señalado que el Govern mantendrá ‘la exigencia con el gobierno estatal para que la cuestión no decaiga en Europa’.
Este asunto, claro, está siendo convenientemente capitalizado por los independentistas partidarios de la unilateralidad, que en última instancia son los que están en X. El expresidente Torra, por ejemplo, mete el dedo en la llaga y llama a la unilateralidad desde su pantalla de ordenador. Sea como fuere, la lógica churchilliana de jamás nos rendiremos queda bien cuando hay una guerra, de lo contrario: el Govern de Aragonès.
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