Las elecciones generales que terminan con el Procés
ERC, Junts y la CUP agitan la bandera de un conflicto que ya no interesa a nadie
Millones de españoles están citados hoy a votar en unas elecciones generales llamadas a marcar un cambio de ciclo político. Las encuestas señalan una alternancia en el Gobierno con una coalición de derechas. Pero también un descalabro del procesismo, condenado desde hoy a la irrelevancia política.
Más allá de los resultados electorales, esta campaña ha demostrado que el Procés está muerto y enterrado. Cataluña ocupó dos minutos del debate a tres en TVE. Ni el PSOE ni Sumar, hasta ahora socios de ERC, tienen a Cataluña como prioridad en sus programas.
El Procés ya no interesa a nadie
El PSOE dio el Procés por finiquitado a finales de 2022, tras aprobar los indultos y eliminar el delito de sedición. Pese a la insistencia de ERC por retomar la mesa de diálogo, Sánchez lleva un año dando largas a Aragonès. En esta campaña, solo ha hablado de Cataluña para sacar pecho por haber pacificado el conflicto.
Si al PSOE le interesa poco el Procés, a Sumar aún menos. Su líder Yolanda Díaz lleva toda la campaña escurriendo el bulto sobre esta cuestión. Primero negó que llevara el referéndum en su programa, y tras la insistencia de En Comú Podem se avino a una consulta supeditada a los acuerdos de la mesa de diálogo.
En el debate electoral, temas como la inmigración y las leyes de género despertaron mucho más interés que la situación en Cataluña. Rufián intentó a la desesperada interpelar a los candidatos de PSOE y Sumar antes del debate. A su pregunta sobre “qué proyecto tienen para Cataluña”, Sánchez y Díaz han hecho caso omiso.
Esquerra se prepara para lo peor
Todo apunta a que ERC se enfrenta a su noche más aciaga en años. El descalabro que señalan todas las encuestas le condenarían a un papel marginal en Madrid y haría saltar por los aires toda su línea estratégica. Es probable que Junqueras acabe dimitiendo, y no se descarta que Aragonès convoque elecciones anticipadas en Cataluña.
En todo caso, los comicios de hoy van camino de certificar el fin del sueño de Esquerra. Su luna de miel con PSOE y Podemos nació del convencimiento de Pablo Iglesias y Oriol Junqueras de que la reforma del Estado español tenía que hacerse con el concurso de los territorios periféricos. Las urnas pueden enterrar hoy definitivamente aquellos anhelos de un proyecto reformista a largo plazo en España.
Junts y la CUP, a lo suyo
Tampoco las cosas pintan demasiado bien para Junts y la CUP, cuya estrategia de bloqueo y confrontación quedaría sin ninguna utilidad. El debate político se ha desplazado a los bloques izquierda-derecha. Así que el papel de sus diputados se reducirá a alguna gesticulación y soflamas vacías, pura propaganda.
Junts ha perdido la batalla en las instituciones europeas, e incluso dentro de la formación empiezan a salir voces críticas con la estrategia del “exilio”. Puigdemont, más solo y aislado que nunca, podría ser pronto detenido y extraditado a España. Es la certificación del final de una aventura, el Procés, convertida en paranoia.
En función de los resultados de hoy, es probable que mañana empiece un nuevo ciclo para los partidos procesistas. Tendrán que modificar sus estrategias con la mirada puesta a formar una mayoría independentista en el Parlament. Esta parece, hoy domingo 23 de julio, la única salida esperanzadora para un espacio en descomposición.
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