La demoledora respuesta de Sílvia Orriols a un periodista de TV3 por la guerra en Gaza

Xesco Reverter, que tiene 45 años y ha sido corresponsal de TV3 en Washington, tiene un máster en Relaciones Internacionales. También, de 2010 a 2017, fue Jefe de Internacional también en TV3. A priori, debería ser alguien informado de sobras acerca de asuntos como el conflicto árabe-israelí, pero visto lo de esta semana, parece no serlo. Sílvia Orriols, que antes de llegar a la Alcaldía de Ripoll era administrativa, le ha dado una lección espectacular en Twitter.

Los anteojos de Xesco

Que en TV3 tratan de manera peculiar el conflicto que enfrenta a israelíes y palestinos es bien sabido, pero este 16 de noviembre Reverter ha protagonizado un salto cualitativo. Su tuit y su pieza pasarán a los anales –nunca mejor dicho- del periodismo catalán. Quizá, hasta se estudie un día en la universidad (la Ramon Llull, privada, para más señas) en la que se licenció. Como ejemplo de qué no hacer, por supuesto.

Sí: lo que parece es lo que es. Tras conocer que en el hospital de Al-Shifa el Ejército Israelí encontró “diez fusiles y nueve granadas” en lugar del “cuartel general de Hamás”, Reverter se sintió satisfecho.

Y tanto fue así que redactó una pieza. Los israelíes, antes de que él se pusiera a lo suyo, mostraron en un vídeo las armas que localizadas en el recinto hospitalario.

A Reverter, sin embargo, no le basta. Y por eso, contento, escribe lo que ha escrito y defiende que Israel se equivocaba en relación a este hospital.

Orriols

Sin esperar mucho, Sílvia Orriols respondió. Lo hizo en su habitual línea, que le ha llevado a denunciar repetidas veces cómo de sesgados son los informativos de TV3 si se trata de la guerra en curso en Gaza.

Y, no, en el hospital de Campdevànol no hay armas. Ni en ese ni en ninguna instalación sanitaria de Occidente. Como mucho, están las que puedan llevar agentes de seguridad allí presentes por alguna razón. A Reverter, sin embargo, le da lo mismo. ¿Por qué?

Pues porque él es de esos periodistas que tienen ya la noticia pensada antes de enfrentarse a la realidad que tienen que explicar. Por eso, en la realidad que observan buscan sólo elementos que confirmen las afirmaciones que traían ya escritas desde la redacción. Eso, en la Ramon Llull y en cualquier otra universidad, también se enseña: es propaganda. Y es lícito hacerla, pero intentar colarla como información es indecente.        

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