Cubo amarillo con el logotipo negro de la CUP y una estrella en un escenario
POLÍTICA

La CUP culmina su giro estratégico para remontar en las municipales de 2027

Estrenan nuevo logo con un discurso más propositivo y un perfil más pragmático

La CUP sufrió con especial crudeza la debacle de la izquierda catalana y el procesismo en el último ciclo electoral. Perdió músculo territorial, vio reducido su peso en el Parlament y quedó fuera del Congreso. Esto llevó a la organización a impulsar un proceso de refundación (Garbí) que culminó con un giro pragmático.

Desde entonces la CUP se ha visto atrapada en una contradicción. Por un lado, la necesidad de radicalizarse ante el auge de Aliança Catalana y de la movilización en las calles. Por otro lado, el repliegue institucional en torno al bloque progresista que orbita en torno al PSC.

Un grupo de personas camina por un pasillo con cortinas rojas, llevando carpetas y libros.

Para redefinir sus prioridades y relanzar su proyecto, la izquierda independentista ha celebrado este fin de semana un acto en Capellades. La CUP ha estrenado nueva imagen corporativa y una campaña enfocada a las municipales de 2027.

Los anticapitalistas saben que no hay tiempo que perder ya que otros partidos como Aliança Catalana y Junts han empezado la carrera hacia las municipales. Estas serán unas elecciones clave, ya que serán la antesala de las catalanas de 2028. Servirán para medir las fuerzas en un escenario político, el catalán, en plena transmutación.

Giro estratégico y discursivo

La CUP quiere culminar su giro pragmático que deje atrás el lastre de los años del Procés y mire al futuro con nuevas esperanzas. Los cupaires son conscientes de que ahora mismo el contexto les es adverso. Por eso quieren ganar el terreno perdido con una nueva retórica que les permita conquistar un electorado más transversal.

Acto político al aire libre con una gran bandera estelada amarilla, dos personas en un escenario frente a una pantalla y un público numeroso rodeado de árboles

La clave está en redirigir todo su discurso en las condiciones materiales, o sea, la economía. Centrarse en las dificultades del día a día para, a partir de ahí, plantear otras problemáticas como el feminismo, el racismo o la lengua. Y de paso, combatir el discurso de la extrema derecha centrado en la seguridad y la inmigración.

En paralelo, la CUP quiere consolidar el giro pragmático que cambia la actitud maximalista por una fórmula más propositiva. El acto de este fin de semana tuvo como protagonistas a Non Casadevall y Su Moreno, las dos caras visibles de la renovación que representó el Proceso de Garbí. Insisten pues en esta nueva imagen de un partido maduro y útil, más abierto y menos sectario.

Radicales en la calle, pragmáticos en el Parlament

La CUP ha empezado a poner en práctica este giro pragmático desde el Parlament. El partido ha ido desplazando a Laia Estrada para dar más protagonismo a Laure Vega, que encabeza a un sector partidario de entenderse con el PSC.

De ahí surgió el gran acuerdo en materia de vivienda que firmó la CUP junto al PSC, ERC y los Comuns. En las últimas semanas se ha evidenciado también una sintonía entre los partidos de la izquierda en las votaciones de las mociones en el Parlament. Muchos hablan ya del cuatripartito del Govern, en lugar del tripartito.

Esto ha aumentado la capacidad de influencia de la CUP, que le permite salir del aislamiento. Aunque aún tienen mucho trabajo por hacer. Las encuestas siguen siendo desfavorables en un contexto generalizado de hundimiento de la izquierda.

Otra de las ideas que han surgido en el encuentro de Capellades es utilizar el conflicto para crecer. Esto implica que, al mismo tiempo que pactan con el PSC "más derechista y españolista de la historia" necesitan ganar músculo en la calle. Es previsible que en los próximos meses se recrudezca la guerra en la izquierda para controlar movimientos como el de la vivienda.

Además, la CUP quiere hacer de la guerra contra la extrema derecha un revulsivo para remontar en las municipales de 2027. Aunque las agresiones y los cordones municipales no están funcionando. También en ese sentido necesitan mantener la tensión sin excesos.

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