Pedro Sánchez, de rebajas para capear la crisis

Al presidente Sánchez le acorralan los escándalos de corrupción, en consecuencia ha sacado el talonario. El foro ha sido la Conferencia de Presidentes, que ha sido especialmente tensa en esta ocasión. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha abandonado la sala ante las intervenciones en catalán y en vasco de Illa y Pradales, respectivamente.

En cualquier caso, la polémica del idioma ha sido secundaria si se compara con el rechazo frontal de los barones del PP a la financiación singular de Cataluña. Como era de esperar, Salvador Illa ha aprovechado la ocasión para defender el nuevo régimen fiscal para Cataluña. Ayuso se ha mostrado especialmente beligerante con esta cuestión porque sabe que en algún momento se traducirá en más presión fiscal para los ciudadanos madrileños.

Por su lado, Sánchez ha pedido dejar atrás “la crispación” porque de lo contrario “esta reunión servirá para poco”. De hecho, ha adelantado a los presidentes autonómicos que no tiene ninguna intención de adelantar las elecciones generales. Lo que sí va a adelantar es más gasto.

De entrada, ha anunciado 175 millones de euros para un nuevo programa de educación infantil para las familias con rentas bajas. En este sentido, también ha cargado contra la proliferación de centros de Formación Profesional. Se trata de un claro intento de desviar la atención porque, hace poco, también cargó contra las universidades privadas.

Vivienda: dinero y más dinero

Aunque el plato fuerte de la jornada ha sido sin duda la vivienda. Sánchez no se ha salido del guion político: prometer gasto y más gasto, concretamente 7.000 millones de euros. Esta promesa - calcada a la que ha hecho Illa en Cataluña - llega el mismo día que hemos conocido que la vivienda se disparó un 12,2% en el primer trimestre del año.

La presidenta Ayuso también se ha mostrado crítica con esta nueva medida. A su juicio, es solo una cortina de humo que invade competencias, está improvisada y no tiene respaldo presupuestario. Ayuso se confirma así como la voz popular más destacada en la estrategia de oposición frontal al sanchismo.

La Conferencia de Presidentes, en definitiva, solo ha servido para escenificar la crisis partitocrática de la política española. De fondo, la corrupción del PSOE deja con poco margen de maniobra al Gobierno. Lo que muchos se preguntan es si Sánchez prepara la respuesta o solo le queda el talonario.