Primer plano de Carles Puigdemont con la mano en la frente y cara de preocupación
POLÍTICA

Cuándo podrá volver Puigdemont y por qué Junts no cuenta toda la verdad

Los juntaires aseguran que el expresident podrá estar en el Parlament para una hipotética investidura, pero la realidad pone en duda el relato electoralista que han creado

Que Cataluña está instalada en el día de la marmota no es algo que vayamos a descubrir en pleno 2024. Pero la realidad es la que es. Ha pasado una semana tras el anuncio de Pere Aragonès para convocar elecciones anticipadas y la maquinaria de Junts ya se ha puesto en marcha.

"Vuelve el presidente legítimo", ya dice Pilar Rahola. Este mantra ya lo utilizaron los juntaires en 2017 y 2021. Y ahora vuelven a la carga augurando la vuelta inminente de Puigdemont, por lo menos para una hipotética investidura. Ahora sí que sí, seguro. Las dos veces anteriores fueron una pequeña broma, ahora sí que es verdad.

Cierto es que, con la aprobación de la amnistía, Carles Puigdemont previsiblemente quedará perdonado por Pedro Sánchez de todas las causas judiciales que tiene pendientes y que nunca afrontó tras fugarse a Waterloo en el maletero de un coche.

Los planes de Junts son los siguientes: el PP frenará la amnistía en el Senado los dos meses que le permite ley, es decir, hasta el 16 de mayo. Luego se aprobará definitivamente el texto en el Congreso y, por lo tanto, Puigdemont ya estará libre de todo pecado para el 10 de junio (fecha en la que se debe constituir el Parlament) o para el 25 de junio (fecha máxima para que se inicie el debate de investidura en la cámara catalana).

Estos plazos, claro está, son los que quiere promocionar Junts para favorecer su campaña electoral. Sin embargo, cada vez está menos claro que el retorno de Puigdemont sea un camino de rosas como nos pinta su partido.

El primer bache ya se lo ha encontrado en la última maniobra del PP en el Senado. Los populares creen que la tramitación de la ley de amnistía provoca un conflicto entre las atribuciones del Senado y del Congreso. Y han activado un mecanismo que obligará al Tribunal Constitucional a pronunciarse. 

Se trata de un escenario inédito, que nadie sabe exactamente cómo y cuando se resolverá. Previsiblemente, según cuentan varios expertos en derecho constitucional, lo que pasará es que la ley saldrá igualmente adelante.

Eso sí, también es probable que el proceso altere el calendario previsto. Eso quiere decir que los dos meses que todo el mundo daba por hechos hasta que el texto regresara al Congreso para su aprobación definitiva, podría alargarse uno o dos meses más. Y ya no estaríamos hablando de mediados de mayo como posible fecha para aprobar la amnistía.

Las dudas reales llegan hasta tal punto que Míriam Nogueras, en una entrevista a RAC1, no se ha aventurado a confirmar el calendario previsto inicialmente. A pesar de explicar que el calendario del Senado establece que la fecha límite de tramitación es el 16 de mayo, ha terminado su intervención con un "a partir de aquí, ya veremos".

Más allá de su tramitación legislativa, la amnistía después se topará con otro muro: las decisiones que tomen los jueces. Como, otra vez, nos encontramos en un escenario desconocido, no sabemos exactamente qué puede pasar. Sin embargo, el poder judicial ya ha demostrado en más de una ocasión su capacidad de entorpecer los planes de Sánchez, Puigdemont y compañía.

Por lo tanto, a día de hoy nadie puede confirmar la fecha real de la vuelta de Puigdemont a Cataluña. Y mucho menos si podría estar presente en una hipotética investidura. Eso sí, Junts per Catalunya seguirá explotando este discurso porque le conviene electoralmente. Ya engañó a los suyos dos veces y no vendrá de una más.

Otro de los escenarios es que Puigdemont decida volver igualmente sin que esté del todo resuelta la situación. Y así jugar la baza de una posible detención en plena campaña electoral. Pero esto ya dependerá más de los cálculos electoralistas de Junts que de la tramitación de la ley de amnistía.

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