
Crece la presión interna en el PSOE para que Pedro Sánchez convoque elecciones
Page se une a Lambán, y Salvador Illa se consolida como el último reducto sanchista en los territorios
La crisis interna del PSOE sigue arreciando tras los últimos escándalos que han dejado al Gobierno pendiendo de un hilo. El primero en pedir públicamente a Pedro Sánchez que convoque elecciones fue el expresidente de Aragón, Miguel Lambán. Emiliano García-Page se ha sumado hoy a la petición con un mensaje muy claro a Ferraz.
El presidente de Castilla-La Mancha ha pedido a Pedro Sánchez que convoque elecciones generales antes que las autonómicas para evitar que la crisis nacional arrastre al PSOE en los territorios. Las elecciones autonómicas coincidieron con las generales de 2023. Por lo tanto, el barón socialista le pide a Sánchez elecciones generales antes de 2027.

El manchego ha asegurado que esta petición es “un grito contenido” de “multitud de responsables locales y territoriales”. Temen que el fango del PSOE en las generales afecten a las municipales y las autonómicas.
En cambio, si las autonómicas y las municipales se celebran antes pueden servir como revulsivo para las generales. Además, Page ha coincidido con Lambán en el daño reputacional que está causando todo el escándalo de la “fontanera” del PSOE. La comparecencia hoy de Leire Díez ha complicado aún más las cosas.
Lambán ha reiterado hoy mismo la necesidad de que el PSOE actúe urgentemente contra el daño reputacional que está causando. En una entrevista en Antena 3, ha vuelto a señalar la oportunidad de unas elecciones por la inviabilidad de seguir sosteniendo este Ejecutivo. Mientras la presión interna de sus barones sigue aumentando, Pedro Sánchez sigue sin comparecer.
Sánchez quiere agotar la legislatura
Moncloa ha salido al paso de la petición de elecciones anticipadas, y para ello ha utilizado a la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha. Milagros Tolón ha quitado hierro a las palabras de Page y ha reafirmado la voluntad del Gobierno de agotar la legislatura.
Frente a los escándalos de corrupción, el Gobierno insiste en lucir los datos económicos. En el horizonte más inmediato está la Conferencia de Presidentes en Barcelona, donde todo apunta a que Salvador Illa volverá a ejercer de guardaespaldas de Sánchez. Además, los socialistas creen tener atado el apoyo de Puigdemont, y a la espera de la amnistía se muestran optimistas para la aprobación de los presupuestos de 2026.

El PSOE ya se había planteado la opción de adelantar las generales para hacerlas coincidir con las andaluzas. El problema para los socialistas es que si María Jesús Montero se la pega en Andalucía, Sánchez podría verse obligado a convocar elecciones. En Moncloa no veían con malos ojos la posibilidad de adelantarse al desastre para recuperar la iniciativa.
Pero la nueva crisis abierta y la rebaja de la tensión con sus socios ha cambiado la estrategia del Gobierno. Sánchez ve ahora más oportuno agotar la legislatura para ganar tiempo y evitar dar la razón a la oposición. El problema es que mientras aumenta la crisis interna en el PSOE.
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