
Cataluña toca fondo: una mujer, indignada porque no dejan 'trabajar' a una carterista
Pidió a quienes la retenían que liberaran a la ladrona porque 'qué más da una cartera'
El nivel de degradación en Cataluña ha alcanzado un nivel tan alto que estamos asistiendo a escenas que rozan incluso la absurdidad más absoluta. ¿Se imaginan a alguien defendiendo el derecho de los carteristas a trabajar? En la Cataluña actual todo es posible, incluso esto.

Ha ocurrido en el metro de Barcelona, donde las llamadas patrullas ciudadanas han logrado interceptar a una de las carteristas habituales. Una pasajera ha increpado a las personas que retenían a la carterista. Su intención era retenerla hasta la llegada de la policía, para que la identificaran y la registraran.
Pero han sido increpados por una mujer que pedía indignada que liberaran a la carterista. “Pero si es una carterista”, decían los demás atónitos. “Me da igual”, respondía la mujer.
A partir de ahí, la escena adquiere tintes de lo más surrealista. La mujer dice que "qué más da una cartera" y que a ella lo que le molesta "es que me toquen". Para esta mujer, que te roben no tiene ninguna importancia, una opinión que genera estupefacción en el resto de pasajeros.
Reflejo de lo que pasa en Cataluña
Aunque nos pueda parecer gracioso o anecdótico, esta opinión no dista mucho de lo que piensan muchas personas en Cataluña. De hecho, el blanqueamiento de la delincuencia y su protección ha guiado las políticas públicas de seguridad en Cataluña durante años. Esta es la razón precisamente del nivel de degradación que padecen hoy en día los catalanes.
Pero una parte de Cataluña también está despertando. Muchos ciudadanos se han hartado de pagar cada vez más impuestos para no poder salir tranquilo a la calle. O ir a trabajar en transporte público sin miedo a que te roben.
Esto se refleja en los más de 500 comentarios que acumula el vídeo en la plataforma X. Mensajes indignados con aquellos que protegen a los delincuentes. Y otros que ya se lo toman a broma, afirmando que “esto empieza a ser surrealista”.
“Increíble pero cierto, el nivel de estupidez y de cerebro frito del personal es tremendo”, comenta Isabel. “Son los mismos que defienden a los okupas, inquiokupas, inmigrantes ilegales y demás delincuentes”, apunta Marísedes. “Yo quiero ver qué hará esta que defiende a los carteristas cuando le roben a ella la cartera y el móvil”, dice Cristian.
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