Carlos Alsina retrata a Pedro Sánchez en tan solo un minuto

A Pedro Sánchez, mal que le pese, le quedan pocos amigos en la radio matinal. Que Carlos Herrera no ve nada bien sus últimas peripecias es bien sabido. Àngels Barceló, en la SER, las ve mejor, pero Carlos Alsina, desde Onda Cero, le acaba de hacer un traje a medida a nuestro flamante y revalidado Presidente. Para tejerlo, le ha bastado una simple pregunta, que es la que cerraba su monólogo de este 27 de noviembre en Más de Uno.

¿Cinco años de espera?

En su editorial, Alsina echa mano incluso de unas palabras que Sánchez repite mucho estos días. Son las que utiliza para glosar una amnistía que, dice él, “beneficiará a todos los españoles”. Y les “beneficiará” tanto que, mire usted, saldrán hasta ganando quienes no ven bien tal manejo. ¿Por qué? Pues porque Sánchez considera que, gracias a la norma en cuestión, se vivirá en un país “más cohesionado y más unido que nunca”.

Carlos Alsina, con su clarividente retranca habitual deja a Sánchez a los pies de los caballos. ¿Cómo lo hace? Pues se pregunta cómo puede ser que, si la amnistía es tan salvífica, ¿cómo puede ser que no la impulsase Su Sanchidad hace ya cinco años?

Un lustro esperando

Alsina no lo aclara, pero no conviene ser malpensados. Si Sánchez y sus conmilitones no pensaron antes en tan buena solución para los males de esta España cada vez más dividida y cainita fue, simplemente, porque no repararon en ello.

Los siete votos que le faltaban para no acabar (como Artur Mas) en la papelera de la historia no han tenido que ver. Pensar lo contrario es cosa, directamente, de peligrosos reaccionarios. Tan peligrosos, por supuesto, como los que nadie sabe por cuánto tiempo siguen dándose cita por las noches en Ferraz.

Que las encuestas pronostiquen un notable batacazo para PSOE si Pedro Sánchez cometiera el error de convocar elecciones es sólo propaganda interesada. Alsina, con todo, lo tiene ciertamente mal si aspira a convertirse algún día en Secretario de Estado de Comunicación. De todos modos, sus ambiciones van por otro lado. Y que dure.