Montaje con un plano medio cort de Carles Puigdemont y otro de Pedro Sánchez, uno mirando hacia arriba y otro mirando al suelo con cara de preocupación
POLÍTICA

Carles Puigdemont apuesta por apuntalar al 'sanchismo' en pleno 'caso Koldo'

Los postconvergentes ponen la directa para aprobar la ley de amnistía esta misma semana y dar estabilidad a la legislatura


La crisis política española, acentuada por el caso de corrupción que salpica al PSOE, ha acelerado las negociaciones para aprobar la ley de amnistía. La sola idea de que el Gobierno de Pedro Sánchez pueda caer ha desatado el pánico en Junts. La prioridad del partido de Carles Puigdemont es llegar a un acuerdo antes de que la corrupción se lleva por delante al Gobierno.

Junts apremia al PSOE a cerrar un acuerdo para aprobar la ley de amnistía en la comisión de justicia del próximo 7 de marzo. Los socialistas siguen negándose a incluir el terrorismo y la traición en la amnistía. Los postconvergentes se avienen a encontrar un punto intermedio que garantice el regreso de Puigdemont a España sin riesgo a ser detenido.

Plano medio de Carles Puigdemont de pie detrás de un atril con un fondo azul en una rueda de prensa en Bruselas

Las últimas encuestas señalan un subidón de Feijóo, que se beneficiaría del caso Koldo y alcanzaría cómodamente la mayoría absoluta con 163 diputados (más los 21 de Vox). El temor a volver a la irrelevancia política ha despertado las prisas en Junts. El mensaje al PSOE es claro, hay que aprobar la amnistía como sea el 7 de marzo para atar la legislatura y cerrar el paso al PP.

Junts aprieta el acelerador

En el partido intentan imponer la prudencia, con mensajes como el del secretario general, Jordi Turull, ante las especulaciones de un acuerdo inminente: “Si hay alguna novedad se informará desde Junts, de lo que digan o especulen terceros sobre hipotéticos acuerdos no nos hacemos responsables”. Fue la respuesta a la información de que el PSOE aceptará las enmiendas de Junts i que la ley de amnistía es inminente.

Pero desde el entorno de Puigdemont se lanza también la idea de que hay que aprobar la amnistía como sea. En una entrevista en La Vanguardia, el exconseller Lluís Puig deja claro que “no hay alternativa a la amnistía”. Hombre fuerte de Puigdemont en Waterloo, Puig espera que la amnistía se apruebe el 7 de marzo para que entre en vigor en junio como muy tarde.

Está claro que este último mes la situación ha cambiado y Junts ya no puede permitirse más frivolidades. El ‘caso Koldo’ que amenaza con hacer caer al Gobierno de Pedro Sánchez coincide con la decisión del Tribunal Supremo de aceptar investigar a Carles Puigdemont por terrorismo por el ‘caso Tsunami’. En Junts ven con temor que el Gobierno caiga y Puigdemont acabe juzgado y condenado. 

En el PSOE contienen el aliento

En Ferraz siguen pensando que Junts tiene más a perder que el PSOE, y se mantienen en su empeño de no ceder con el terrorismo y la traición. Los socialistas aceptan modificar el texto y aprobar las enmiendas de Junts, pero sin cruzar la línea roja. En Waterloo advierten al PSOE que sin la protección de Puigdemont no habrá acuerdo, y esperan que la crisis de corrupción y las últimas encuestas les ablanden.

A diferencia de la votación del 29 de enero, en el que Junts apuró hasta el último instante, esta vez unos y otros quieren atar un acuerdo antes de la votación. En realidad, Junts y PSOE están negociando ahora un segundo acuerdo de legislatura. Porque ambos saben que de esta negociación depende dejar atados los próximos cuatro años.

La paradoja de todo esto es que Carles Puigdemont ha pasado de ser un problema para el PSOE a ser el salvavidas del “sanchismo”. A las puertas de las elecciones europeas y las catalanas, Junts necesita estabilidad para un rearme ideológico y estratégico. Y esto pasa por aprobar la amnistía y sujetar al Gobierno de Pedro Sánchez en plena descomposición.

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