El (calculado) salto al vacío de Podemos
Los morados rompen con Sumar tras un frío cálculo de riesgos
Podemos ha consumado su venganza contra Yolanda Díaz y ha roto definitivamente con Sumar para pasar al grupo mixto. La decisión la han tomado los altos mandos del partido, sin previa consulta a las bases. Ha sido un movimiento madurado en los últimos días, tras un frío cálculo de riesgos.
La ruptura con Sumar no deja de ser un salto al vacío, por los posibles costes electorales. Podemos lleva años en declive, y con todos sus inconvenientes orgánicos, la confluencia era una red de seguridad. De hecho, ya sin poder territorial, sus cinco diputados son el último capital político que les queda.
Pero se trata de un salto al vacío controlado, porque Podemos también gana con este movimiento. Sobre todo dinero, que es uno de los principales problemas ahora mismo para su supervivencia. Su salida al grupo mixto permitirá robustecer la formación para prepararse para el gran test de las europeas.
Más protagonismo
En primer lugar, se trata de una decisión política para ganar protagonismo de cara a la cita electoral de las europeas en 2024. Los últimos movimientos de Yolanda Díaz amenazaban con invisibilizar del todo a los morados. Ahora, Podemos pasa a ser el grupo más numeroso del grupo mixto, y tendrá voz propia.
La primera ventaja es que podrá intervenir en el Congreso e interrogar al Gobierno. Una poderosa arma que permitirá a los de Ione Belarra e Irene Montero marcar discurso propio para acentuar las diferencias entre Sumar y Podemos. Ahora tendrán que ponerse de acuerdo con UPN, BNG y CC sobre los turnos de palabra.
Se especuló que Podemos había abandonado Sumar después de conseguir cargos dentro de Sumar, como las comisiones de Exteriores o Derechos Sociales. Sin embargo, por acuerdo de los grupos, tendrán que abandonar sus puestos para que vuelvan a votarse. Más que un problema de sillones, parecen haber priorizado el tener voz propia.
Más dinero
Pero además, la decisión tiene evidentes ventajas económicas en plena crisis del partido. La subvención mensual fija para todos los grupos es de 30.346,72 euros, que Podemos tendrá que repartir con los otros tres partidos del grupo mixto. Pero además hay una retribución individual (1.746,16 por diputado).
Es decir, que Podemos recibirá mensualmente 4.894,63 euros por sus cinco diputados, lo cual supone 58.735 euros al año. Los morados desafían así a Ada Colau, que les amenazó con no cobrar las subvenciones que les correspondían en Sumar. Y de paso, afrontan con mayores garantías sus problemas económicos.
Hay que recordar que Podemos tuvo que hacer ajustes de plantilla, por las dificultades en sus cuentas. Una de las prioridades era fortalecerse económicamente para afrontar el reto de las próximas citas electorales. Parece que el salto al vacío de Podemos estaba más calculado de lo que parecía.
Críticas de transfuguismo
La ruptura ha causado indignación en Sumar, donde acusan a Podemos de transfuguismo. Los de Ione Belarra e Irene Montero defienden que era lo único que les quedaba ante la opa hostil de los de Yolanda Díaz. El exdiputado Alberto Rodríguez ha sido uno de los que se ha pronunciado de forma más contundente.
Pero además, han recordado las palabras de Irene Montero acusando de tránsfuga a Meri Pita tras abandonar Podemos. Más allá de los riesgos y las ventajas, está claro que la ruptura no acaba con la guerra entre Podemos y Sumar. Muy al contrario, la guerra de verdad empieza ahora.
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