La apuesta fallida de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez será presidente del Gobierno cuatro años más tras el pacto alcanzado con Junts per Catalunya. Este era su principal objetivo, que perseguía a cualquier precio. Él lo vendió por la necesidad de “defender la convivencia”, pero las reacciones al acuerdo con Carles Puigdemont dejan en evidencia la apuesta del líder del PSOE.

Las manifestaciones masivas por toda España contra las intenciones de Pedro Sánchez son una muestra de ello. Pero las reacciones de la oposición, de una parte importante de la judicatura, de algunas empresas e incluso de dentro del independentismo, evidencian que la convivencia que deseaba el futuro presidente del Gobierno está lejos.

Este jueves, miles de personas volvieron a salir a las calles para protestar contra los acuerdos alcanzados por el PSOE con ERC y Junts. Más allá de las movilizaciones en las calles, en el plano institucional también ponen de relieve la división que existe hoy en España. Y es que casi la mitad del Congreso -los 171 diputados que suman PP, Vox y UPN- ya está en pie de guerra contra la otra mitad. Las querellas, los recursos y la confrontación serán el día a día de los próximos meses en el terreno político.

El plano judicial no pinta mucho mejor. La judicatura se encuentra más dividida que nunca respecto a la amnistía que Pedro Sánchez quiere conceder a los políticos del procés. Un ejemplo es el Consejo General del Poder Judicial que ya se han rebelado contra esta futura ley. Otro ejemplo es el comunicado conjunto de cuatro de las principales asociaciones de jueces mostrando su rechazo al pacto entre Sánchez y Puigdemont.

En el mundo empresarial, también son notorias las voces que no acaban de ver con buenos ojos el pacto entre PSOE y Junts. Los dos partidos han acordado explorar vías para facilitar el regreso a Cataluña de las empresas que se marcharon tras el referéndum del 2017. Pero La Caixa y Banco Sabadell, dos de las más notorias que se fueron, ya han dicho que “no está sobre la mesa” volver a tierras catalanas.

Finalmente, otro ejemplo más de que la apuesta por la convivencia de Pedro Sánchez está en entredicho es que incluso el independentismo se encuentra más dividido tras el pacto. Algo que puede provocar una radicalización de una parte importante del movimiento. La ANC ya se manifestó ayer a las puertas del Parlament contra los acuerdos entre los procesistas y el PSOE. Además, varios militantes de Junts anunciaron que se daban de baja del partido. Todo esto puede provocar el auge de otras formaciones independentistas más duras como es Aliança Catalana de Sílvia Orriols.

En definitiva, aún está por ver los efectos del pacto a largo plazo, pero lo que parece más que evidente es que la apuesta por la convivencia de Pedro Sánchez no ha sido tal viendo las reacciones inmediatas al acuerdo alcanzado con Carles Puigdemont.