Grupo de musulmanes rezando

OPINIÓN

La imagen de la vergüenza que no debemos tolerar

Los malabares a los que nos tiene acostumbrados la izquierda son cada vez más rocambolescos

Editorial Arnau Borràs

Estos días, la comunidad musulmana en Cataluña está celebrando el fin del ramadán. Y lo está haciendo con actos que separan a hombres y mujeres, ofreciéndonos unas imágenes totalmente intolerables. Mientras, la izquierda aplaude con las orejas o mira hacia otro lado.

Especialmente vergonzosas son las imágenes que nos ofreció el diario El Segre en el acto que se celebró en Lérida. Allí, separaron a las mujeres detrás de unas vallas, prácticamente cómo si estuvieran enjauladas. ¿Se imaginan algo parecido, pero separando blancos y negros? ¿Y que, además, lo justifiquen porque “es una tradición”?

En una sociedad como la nuestra, no se entiende que se permitan estos actos públicos. Porque una cosa es la libertad de culto, que debe ser respetada, y otra es hacer ostentación pública de esta segregación machista. Que cada uno haga los ritos que quiera y rece al dios que quiera en su casa, pero en plena calle no se debe tolerar este machismo desacomplejado.

Pero la imagen de Lérida, desafortunadamente, no es única ni excepcional. En Santa Perpètua de Mogoda también separaron con vallas a las mujeres. Y si lo sabemos es porque la sección local de Esquerra lo publicó orgullosamente en sus redes sociales. Una publicación que, por cierto, terminaron borrando. Ya tiene su qué la cosa que, hasta que las redes no estallaron contra su connivencia con el machismo, no se dignaron a retirar su publicación.

Los malabares a los que nos tiene acostumbrados la izquierda son cada vez más rocambolescos. Que una canción llamada ‘Zorra’ represente a España en Eurovisión, que se celebren actos que segregan a las mujeres o que obligue a niñas a llevar el velo islámico, lo ven bien. Que lo critiques, en cambio, te sitúa directamente en el apartado de la extrema derecha.

Mientras, la Consejería de Feminismos sigue a su bola creando grupos de expertos, observatorios, secretarías generales y chiringuitos varios. Al mismo tiempo, aumentan las violaciones, los asesinatos a mujeres y los actos machistas en plena calle (aunque, si estos actos los perpetran según qué comunidades, se deben respetar en pro de no sé qué diversidad). Tània Verge, como la izquierda en general, viven obsesionados con una falsa extrema derecha mientras callan cuando tienen el machismo delante de sus morros.

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