Carme Arcarazo con fondo de billetes y líneas en un diseño gráfico.
OPINIÓN

Activismo subvencionado: las inquilinas de caviar

Carme Arcarazo, portavoz del "Sindicato de Inquilinas" estudió el Bachillerato en un lugar elitista a más no poder

A raíz de mi última polémica en Twitter respecto al "Sindicato de inquilinas" y su presencia a los medios de comunicación, he querido explicarme mejor, dado que, en 280 caracteres, no hay demasiado espacio por los matices. Hace meses que una joven reivindicativa se pasea por platós televisivos y va pululando un mensaje respecto a los alquileres: con estos precios no se puede vivir. Por lo pronto, hay que advertir que comparto la premisa; los precios del alquiler y del suelo en general están por las nubes. Ahora bien, donde difiero es en la solución.

Antes de entrar en materia, hay que hacer mención al mensaje que indignó a un sector de Twitter Cataluña. La cara visible del sindicato, Carme Arcarazo, ha estudiado el mismo Bachillerato que Leonor y Sofía, es decir, en un lugar elitista además no poder (UWC). La horquilla de tasas es bastante amplia, pero el precio oscila entre los 35.000 € y 100.000 € (el precio medio que indica la misma empresa está fijado en 65.000 €), se tiene que entender que, en función del lugar de destino, esto subirá o disminuirá. Uno podría preguntarse: ¿De dónde saca la información? Pues de su LinkedIn.

Esto, per se, no implica nada. Aun así, hizo tres años de carrera en Ámsterdam, donde cursó una especie de grado en ciencias políticas, muy adornado en la mencionada red social con un "Bachelor of Science - BS, Poltics, Psychology, Law & Economics", lo menciono porque, en algunos lugares, se la ha presentado como "economista" (así sale en la web del CCCB o en la de IDRA). El precio de este grado no es escandaloso, más de 5.000 € anuales, pero se le tiene que añadir el coste de vida en la capital de los tulipanes, que frota los 1.200 - 2.000 € mensuales. Lo único que, a priori, se le puede recriminar es su animadversión hacia los ricos. Con este bagaje es probable que ella, especialmente la unidad familiar, esté entre las mejor dotadas económicamente del país.

Mujer hablando con expresión seria en un programa de televisión, con personas sentadas al fondo.

Hasta aquí, podrían acusarme de estar empleando un ad hominem como una catedral, pero no es así. No critico que, por su presunta renta familiar, no pueda defender X o Y postura (que sería el ataque personal y no el ad rem). De ejemplos el mundo va lleno: es muy sabido que Engels era un burgués de aquellos que llevaban sombrero de copa alta, tenía una fábrica y, de acuerdo con las concepciones marxistas, tenía que ser un explotador extractor de la plusvalía de sus trabajadores. Aun así, esto no invalida necesariamente sus tesis. A pesar de que, podríamos ponernos exquisitos y emplear la analogía de Taleb de "jugarse la piel" respecto a los que toman decisiones o hacen acciones sin jugársela. Pero, hasta aquí, nuestra sindicalista no habría hecho nada malo.

Entonces, ¿cuál es el punto de exponer todo esto? En primer lugar, para contextualizar un perfil que, por su modus operandi¸ me recuerda a los inicios de Ada Colau. Además, casualidad o no, su padre es un guionista que ha trabajado para la 'Corpo', Mediapro y en torno al 'Procés' (Lluís Arcarazo). Este hecho podría explicar cómo un sindicato de 130 militantes activos -como dicen en su página web-, tiene una cuota televisiva bastante destacable, habiendo participado en Els Matins de TV3, Café d'idees en la 2, en la Sexta, en VilaWeb, y un largo etcétera de medios subvencionados. Correlación no implica causalidad, pero tampoco casualidad.

Carme trabaja en el IDRA (Institut de Recerca Urbana de Barcelona), el cual cuenta con unos 14 activistas que se tildan de investigadores, cuando no son nada más que propagandistas de un think tank cooperativo que está federado con la 'Xarxa d'Economia Solidària de Catalunya' (su objetivo, dicen, es promover una alternativa real al capitalismo, de modestia van sobrados). Ahora bien, de acuerdo con la Ley 19/2014, del 29 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la información pública y Buen Gobierno, teniendo en cuenta que se financian con dinero público y tienen en unas cuántas bocas para alimentar en el chiringuito, tendrían que tener un portal de transparencia. Cito los artículos:

3.1 b) "A los organismos y entes públicos, las sociedades con participación mayoritaria o vinculadas, las fundaciones del sector público, las entidades de derecho público dependientes o vinculadas con las administraciones[...]".

Siguiendo con el art 4. "Las obligaciones de transparencia establecidas por el título II también son aplicables a los partidos políticos, a las asociaciones y fundaciones vinculadas, a las organizaciones sindicales y empresariales y a las entidades privadas en los supuestos siguientes:

a) Si perciben subvenciones o ayudas públicas de más de 100.000 euros anuales".

b) "Si al menos el cuarenta por ciento de sus ingresos anuales procede de subvenciones o ayudas públicas, siempre que esta cantidad sea de más de 5.000 euros".

Pues no tienen una memoria económica, ni un portal de transparencia ni nada que se le parezca. Hagamos unos cuantos números: si hay 14 personas contratadas y cada una tiene un sueldo de 30.000 €, por poner un ejemplo, esto nos saldría a casi medio millón de euros públicos; por tanto, tendría que haber un apartado para ver las cuentas, dado que así lo establece la ley. Alguien podría argumentar que quizás se financian con dinero privado, pero en su página web no es posible hacer donaciones. Antes de convertirse en el IDRA, en la época de los Comunes, se hacían llamar la "Hidra Cooperativa", hasta que Colau dejó la plaza Sant Jaume y se mudaron de Sants al Eixample. El nombre de Hidra quizás era una metáfora helenística de los chiringuitos que crean ad hoc los partidos políticos y que, por mucho que les cortes el cuello, te salen de otros.

Una mujer con cabello largo y castaño está sentada en una mesa, hablando y gesticulando con las manos; lleva una blusa negra sin mangas y en la mesa hay una taza negra con el logo de

El gran problema de Cataluña es que los activistas, una casta parasitaria de los contribuyentes, viven muy bien a expensas del trabajo ajeno. Esta semana, la polémica ha sido la ley de vivienda temporal y han puesto en marcha la maquinaria para defender sus políticas, que atacan los cimientos más básicos de la microeconomía. Por todo esto, volviendo al primer párrafo, la solución de los alquileres pasa para crear más oferta, dar seguridad jurídica a los arrendadores, construir pisos más altos (o hacer uso, en los casos en que sea posible, del capítulo V del Código Civil Catalán con el derecho de vuelo) y dejar fuera de la ecuación a los activistas que quieren ahogar, todavía más, la exigua oferta de la cual disponemos. Es por eso que, quien más tiene, puede permitirse el lujo de pedir más regulaciones.

Finalmente, imploro a todos los activistas de Cataluña que busquen investigación con respecto a las consecuencias de topar los precios. Y cuando digo investigación me refiero a revistas indexadas, evaluaciones a ciegas, con métodos empíricos de econometría, etc. No a los panfletos que salen del IDRA o sucedáneos. Si la ciencia económica se caracteriza por una cosa es porque pocos fenómenos son exactos, pero han ido a tocar un tema donde hay una anuencia del 80-90% entre los economistas, desde Mankiw hasta Krugman. Se los tiene que parar y, desde los pocos recursos que personas como yo tenemos, daremos esta batalla cultural, desde Twitter hasta los medios que nos lo permitan.

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