Juan Carlos I hace un esfuerzo por Leonor que Letizia agradecerá

La última visita de  Juan Carlos I  a España sigue dando que hablar. Y es que el emérito habría aprovechado el viaje para ver a su nieta Leonor, que sigue con su formación militar en Zaragoza.

Después de que este fin de semana nos quedásemos sin ver a Juan Carlos montar en el Bribón, ya que lamentablemente su salud no se lo ha permitido, el monarca ha optado por alargarse unas horas más su estancia en Sanxenxo.

Todo, con el objetivo de poner marcha a Ginebra este lunes y, de paso, pasar a visitar a  Leonor en Zaragoza. Un movimiento totalmente inesperado que habrá dejado sin palabras incluso a la reina Letizia.

Y es que si bien Juan Carlos I no ha ido a visitar a la reina Sofía tras su ingreso en la clínica Ruber, sí que ha querido tener ese detalle con su nieta.

Un resfriado es el que ha llevado al monarca a cambiar de planes, sobre todo porque los médicos desaconsejaban una exposición prolongada al sol. Y más a su edad, 86 años.

En esta ocasión, Juan Carlos ha vuelto a alojarse en la casa de su amigo Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo. Y, como viene acostumbrando, ha evitado llamar la atención más de la cuenta, aunque eso no le impedía acudir al puerto y saludar amablemente a los allí presentes.

Sobre todo a los curiosos que han dado el paso de acercarse al lugar y tenerle un poco más cerca. Mientras que, por su parte, Leonor sigue con su formación.

El rey Juan Carlos visita a su nieta Leonor

La joven no puede estar más contenta, ya que ha conseguido encajar muy bien en la Academia Militar de Zaragoza y ha hecho su propio grupo de amigos, donde es una más.

Además, poco a poco vamos conociendo más detalles sobre su día a día o las aficiones que tiene, entre las que se encontraría practicar el beer pong.

Un juego bastante popular entre los jóvenes y que consistiría en lanzar una pelota de ping pong y encestarla en uno de los seis u ocho vasos de cerveza que se les pone enfrente.

Actividades de las que la princesa puede disfrutar siempre que su apretada agenda se lo permite, ya que debe compaginar las clases y también las durísimas sesiones de entrenamiento.

Algo, que su abuelo Juan Carlos I ha querido ver de primera mano, por lo que no dudaba en poner rumbo a Zaragoza antes de marcharse definitivamente a Ginebra. 

Aunque, eso sí, se espera que vuelva para atender a la próxima regata de la Liga Española, prevista para dentro de un mes, entre el 17 y el 19 de mayo.