La reina Letizia y Felipe VI elegantemente vestida en un evento, con un emoji sorprendido en la esquina superior derecha.
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Giro de 180º tras la gran noticia de los reyes Felipe y Letizia: es muy fuerte

El cambio decisivo que ha dado todo después de conocer la importante noticia de los monarcas Felipe y Letizia

La reina Letizia se convirtió en el centro de todas las miradas el pasado domingo durante la misa que marcaba el inicio del pontificado del papa León XIV. La mujer del rey Felipe VI, ataviada de blanco y mantilla a juego, tuvo ocasión de conversar y saludar a algunos de los asistentes antes de que diera comienzo la ceremonia. Fue ahí donde pudo observarse el tenso momento que vivió cuando saludó a Charlene, esposa del príncipe Alberto de Mónaco.

La reina Letizia tomó la iniciativa y se acercó la princesa. El experto en lenguaje no verbal Cristian Salomoni analizaba la reacción de Charlene quien se mostró fría y rígida. Una actitud que el citado profesional interpreta como si entre la mujer de Felipe VI y ella no hubiera demasiada confianza. 

Sin embargo, también valoraba que no tiene por qué tener una connotación negativa. Cabe recordar que la sudafricana suele mantener una postura un tanto hierática, sin demostrar demasiado las emociones.

Lo que no se vio del gesto ente Letizia y Charlene de Mónaco

Con quien sí demostró tener buena sintonía fue con, por ejemplo, Matilde de Bélgica. Letizia despidió de una manera muy natural con la mano a la mujer del rey de los belgas. Pero si hubo alguien con quien dejó a la vista tener buena conexión, esa persona fue la gran duquesa de Luxemburgo. 

En el momento de su saludo con María Teresa se vio a una Letizia cómoda. Parecía como si se encontrara con una persona con la que quien tiene confianza y se siente a gusto. Con quien también charló animadamente fue con la pareja heredera de Liechtenstein, Alois y Sophie, que estaban sentados a su lado.

El hecho de que los reyes de España acudieran a la misa inaugural del pontificado del papa León XIV sirvió para reafirmar su papel en el escenario internacional. Pero también para comprobar que la madre de la princesa de Asturias se desenvuelve con soltura y naturalidad en este tipo de actos. 

La reina Letizia se mostró muy desenvuelta en la misa inaugural del pontificado de León XIV

La reina Letizia reflejó en todo momento una actitud cercana pero manteniendo el gesto protocolario. Además, demostró tener gran sintonía con su marido, lo que refuerza la imagen de la institución a la que representan.

Los monarcas lucieron sus mejores galas para la ocasión. El rey acudió al evento con el uniforme de gala del Ejército de Tierra, el Toisón de Oro y la Gran Cruz de Carlos III. La reina Letizia vestía de blanco con mantilla del mismo color, un privilegio vaticano del que disfrutan las reinas católicas.

Felipe y Letizia elegantemente vestidos conversan con un sacerdote en una plaza concurrida con arquitectura clásica de fondo.

De este modo, la consorte española fue una de las cuatro reinas que pudo acudir de blanco a la ceremonia. Además, de Letizia también Charlene de Mónaco, Matilde de Bélgica y María Teresa de Luxemburgo pudieron evitar el color negro en su vestimenta que debían llevar el resto de invitadas.

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