La reina Sofía tiene una actitud que la delata ante el divorcio de la infanta Cristina

La reina Sofía  ha reaparecido en público tras conocerse el divorcio de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin. Y lo cierto es que su actitud no ha pasado desapercibida.

Con gesto muy serio, y poco habitual en ella, ya que ha tenido que hacer frente a otras situaciones más complicadas, la reina Sofía no ha escondido su preocupación. Si bien no sabemos si por el divorcio de su hija, o por los escándalos que salpican a su nuera Letizia y al rey Felipe.

Cabe destacar que Sofía está muy unida a la infanta Cristina y ha vivido de cerca su drama con  Iñaki Urdangarin. De hecho, siempre ha antepuesto a sus nietos por encima de todo y tendría miedo de cómo toda esta situación puede afectarles.

Mientras que, a pesar de que nunca ha terminado de encajar con Letizia, siempre ha procurado mantenerse al margen y no dar pie a más habladurías. Sobre todo teniendo en cuenta los encontronazos que han protagonizado en público. 

Así, hemos podido ver como la reina Sofía ha perdido su sonrisa, a la que nos tenía muy acostumbrados en este tipo de actos. La monarca ha presidido la jura ante la Bandera de España en el Acuartelamiento 'El Rey' de la Guardia Real.

La reina Sofía reaparece en público tras confirmarse el divorcio de la infanta Cristina

Y, aunque se trataba de un acto bastante solemne, su actitud seria y cabizbaja ha llamado mucho la atención. 

Buena prueba de que los problemas que afronta la familia real no le resultan indiferentes y han comenzado a pasarle factura. A lo largo de los años, si por algo se ha caracterizado la reina Sofía, es por haber mantenido esa imagen ideal de reina que ha tenido que aguantar carros y carretas.

Sin embargo, la emérita ha preferido llevar su sufrimiento y dolor en privado, mientras que nunca se ha permitido tener un mal gesto de cara al público.

Un buen ejemplo que ha intentado copiar Letizia, que últimamente capea el temporal como puede. Sin embargo, y pese a su seriedad, la reina Sofía no ha perdido en ningún momento su elegancia.