Cómo fue el accidente que cambió la vida de Isidre Esteve y su bonita historia de amor

Isidre Esteve ha demostrado que su grandeza va más allá de las pistas de carrera del Dakar. Desde que un accidente lo dejó en una silla de ruedas en 2007 por una lesión medular, Isidre Esteve se ha replanteado su vida.

A pesar de no poder volver a competir en el Dakar en moto, Isidre Esteve decidió no abandonar su pasión. Por lo que dividió su energía entre el Dakar y ayudar a los demás. Convirtiéndose así en un ejemplo de superación y altruismo.

Junto a su pareja, Lidia Guerrero, creó la Fundación Isidre Esteve. Desde allí apoyan a personas con discapacidad física a través del deporte y la actividad física.

Isidre Esteve y su misión más allá de las dunas

El Centro Puente de la Fundación, ubicado en el CAR de Sant Cugat, ofrece programas de entrenamiento adaptados a las necesidades de cada persona. Ayudándoles a ganar autonomía y a superar barreras psicológicas.

Para Isidre Esteve, ver a alguien recuperar la capacidad de realizar tareas cotidianas, como vestirse o afeitarse, es todo un logro. De hecho, asegura que puede ser tan significativo como ganar una etapa en el Dakar. Pero el impacto de su trabajo va más allá de lo físico.

La fundación Isidre Esteve proporciona a personas con discapacidad la oportunidad de perseguir sus sueños. Permitiéndoles entrenar en un entorno profesional como el CAR de Sant Cugat.  Ese contexto les otorga una sensación de normalidad.

Sin embargo, el compromiso de Isidre Esteve con la ayuda a los demás no ha eclipsado su pasión por las carreras. Él sigue compitiendo en el Dakar, desafiando los límites tanto físicos como mentales en cada etapa.

Su visión va más allá de las pistas de carrera: planea desarrollar un proyecto para apoyar a jóvenes pilotos de rally-raid. De esta forma, se asegura de que su legado de superación y solidaridad continúe mucho después de que haya dejado de competir.

Isidre Esteve tiene su mente y corazón puestos en Lidia Guerrero

Para Isidre Esteve, la verdadera fuerza impulsora detrás de su éxito en el Dakar tiene un secreto. Y es su compañera sentimental y recuperadora física, Lidia Guerrero. Juntos han forjado una alianza excepcional que ha resistido el paso del tiempo y ha superado innumerables desafíos en el desierto.

Desde que se conocieron en 2005, durante la preparación para el Dakar, Isidre Esteve y Lidia han sido un equipo tanto en la pista como fuera de ella. Lidia, ex atleta y fisioterapeuta de profesión, se ganó la confianza del equipo a pesar de las dudas iniciales. 

La relación entre ambos evolucionó más allá de lo profesional cuando comenzaron su relación sentimental a finales de 2006. Sin embargo, un dramático giro de los acontecimientos sacudió sus vidas. Fue cuando un accidente durante un rally dejó a Isidre Esteve postrado en una silla de ruedas.

Desde entonces, Lidia se convirtió en su soporte vital, tanto en su recuperación personal como en su regreso al mundo de las carreras. A lo largo de los años, Lidia ha desempeñado un papel crucial en la vida de Isidre Esteve. No solo proporcionando apoyo físico y emocional, sino también asumiendo responsabilidades adicionales como su copiloto.

Isidre Esteve confía en ella para todos sus proyectos

Su conexión emocional añade una capa de tensión y preocupación durante la competición, pero también fortalece su vínculo como pareja. Detrás de las luces de la competición, la pareja trabaja incansablemente en su preparación física y mental. En este sentido, Lidia ayuda a Isidre Esteve a mejorar su velocidad de reacción, reflejos y fuerza.

Todo ello, elementos esenciales para sobresalir en las duras condiciones del Dakar. A pesar de los desafíos y las tensiones de competir, la relación entre Isidre Esteve y Lidia sigue siendo sólida.

Su historia es un testimonio de amor, resiliencia y trabajo en equipo. Demostrando que juntos son capaces de superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino hacia la victoria.