Montaje Lamine Yamal y Lewandowski
FÚTBOL

La secuencia del vestuario

La jerarquía en el vestuario del FC Barcelona, ahora y siempre


Recuerdo nítidamente mi primer día en el vestuario del Camp Nou. Tenía 18 y para un chico de barrio que había llegado 3 años antes al Barça era todo un sueño pisar aquel “santuario” futbolístico y estar rodeado de futbolistas que me parecían de un nivel inalcanzable para mí y que hasta hace poco seguía en el Estadi o por Televisión.

Era un vestuario en el que estaban unos ya veteranos Zubizarreta, Julio Alberto o Bakero. Los había visto en Televisión jugando el, para mí, mítico Mundial de México 86, con Maradona haciéndonos trasnochar. También estaba un Laudrup al que yo idolatraba después de verlo destilar calidad con Dinamarca en el Mundial.

No recuerdo tan nítidamente si abrí la boca aquel día o me limité a asentir cuando me decían alguna cosa. Lo más difícil era cuando te miraba o te hablaba un tal “Johan”. 

Lo que está claro es que lo que para mí fue un día memorable, para lo que estaban en aquel vestuario fue un día más y yo era otro chico más de la Masía que subía a entrenar. 

Por allí también aparecía el Chapi Ferrer, insultantemente joven y seguro de sí mismo.  El Chapi era sobre el que yo me apoyaba. Tenía un carácter mucho más desenvuelto.  Ese papel que jugaba el Chapi o Guillermo Amor conmigo era el que yo debía jugar con los chicos que aparecían en el vestuario desde la Masía. Así funcionaba.

Y los que venían eran Lluis Carrearas y Pep Guardiola. Con Pep las cosas siempre son diferentes. Él no entendía de jerarquía y cuando te dabas cuenta ya estaba hablando de aspectos tácticos con Zubi o preguntándole a Johan.

Plantilla FC Brcelona celebrando la Champions 1990

La jerarquía está ahí presente. Es una jerarquía futbolística. Es la Jerarquía del que ya sabe como funcionan las cosas. La jerarquía de la experiencia. Es esa jerarquía que se diluye conforme vas entrando en el equipo y te conviertes en uno más.

El carácter de cada persona es la que marca realmente como afrontar las relaciones cuando entras en un vestuario.

Mi última experiencia en un vestuario fue como capitán y veterano en el Nàstic que consiguió el histórico ascenso a primera División. Que lejos quedaba ya aquel chico tímido que entró en el vestuario del Estadi. Mi papel en el equipo era bien diferente.

Ahora era yo uno de los veteranos que marcaban el nivel de exigencia en el día a día, a los fichajes que llegaban y a los jóvenes que seguían apareciendo de forma continua en el vestuario.

Era la otra cara de la moneda. Ahí estaba la jerarquía otra vez. La jerarquía del que ha estado en mil guerras y ha perdido muchas de ellas. La jerarquía del que sabe que en un mundo tan competitivo solo sobrevives con una autoexigencia máxima.

Esa es la secuencia en un vestuario. Esa es la secuencia que vimos entre Lamine y Lewandowski.

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