Imagen de Jude Bellingham celebrando el triunfo del Real Madrid en Montjuic
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Cuanto peor, mejor: por qué el Real Madrid se llevó el Clásico

Antoni Pinilla da la clave de la derrota del Barça el sábado contra los blancos

Siempre se ha dicho que el gol cuesta dinero. El Clásico demostró que La Liga lleva temporadas sin invertir en futbolistas que marcan diferencias. Esos futbolistas que no hace tanto destrozaban registros y ponían a La Liga en la cumbre futbolística.

Hoy la única inversión a la altura de los grandes de Europa lleva el nombre de un Bellingham que, sorprendiendo a todos, se está destapando como un perfil de futbolista que nadie esperaba. Compraron un todocampista y ha aparecido un killer.

Gracias a ese killer, el Real Madrid sobrevive a la decepcionante prestación de un Vinicius fagocitado por su personaje mitad Neymar, mitad Mandela; y un desaparecido Rodrygo.

Los dos brasileños constatan que sin Benzema a los mandos del ataque blanco, ellos no tienen la calidad y el talento para ser referentes mundiales por mucho que nos quieran vender.

Imagen de Carlo Ancelotti y Xavi Hernández en un partido de Liga en Montjuic

Bellingham se disfraza de Benzema

Precisamente el rol de Benzema lo desempeña un Bellingham que es la mejor y la peor noticia para el Real Madrid. La mejor es imaginar que podría hacer Bellingham con un Mbappé a su lado. La peor, sin duda, es que todos intuimos que algún día volverá a su “terrenal” versión todocampista.

Ese día las opciones del Barça en la Liga crecerán en la medida en que siga demostrando la organización, el empuje y el trabajo colectivo que demostró durante 60 minutos. De la mano del pundonor de Gavi y la calidad de un Fermín que promete ser ese interior goleador que le falta al equipo.

Un tramo de 60 minutos en el que al Barça le faltó esa “inversión” que finiquita partidos. Precisamente la entrada de dos futbolistas con ese cartel fue el preludio de la frustración culé.

El Barça también necesita ese goleador que gana partidos. Una “inversión” en el mejor momento de su carrera. Sin fecha de caducidad, como el propio Lewandowski admite.

Con esa versión, su organización colectiva, una idea a la que aferrarse y el empuje de la vuelta de sus mejores futbolistas, el Barça volverá a recuperar esas opciones de pelear por La Liga.

Sin embargo, en el tramo final le faltó fuelle al Barça. No encontró la calidad e inteligencia para jugar el partido que el equipo necesitaba. No tuvo el balón para defenderse ni profundidad para hacer daño al Real Madrid.

Imagen de Luka Modric y Jude Bellingham tras ganar en Montjuic ante el Barça

Ahí es cuando aparece aquella frase tan futbolística que retuerce el Real Madrid históricamente: “Al final del Partido te acabarás acordando de las oportunidades que has perdonado”. 

El caso es que contra el Real Madrid siempre te acabas acordando durante el partido, no justo al final. Y es ahí cuando el Real Madrid hace honor a su “cuanto peor mejor”.

Cuanto peor has visto su consistencia defensiva y su presencia en ataque, más te convences de que tal vez los dejaste “vivos” y que lo acabarás pagando.

Cuánto más superior se ha mostrado el contrario, más indolente y ausente ha sido su futbol, más se convence el Real Madrid de que, sin duda, acabarás por pagar no definir el partido.

Así es como nos deja El Clásico. Con una derrota que frustra y que duele precisamente porque el rival no impresiona.

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