¡Lo nunca visto! Un aficionado, a latigazos contra un futbolista en Arabia Saudí

Arabia Saudí quiere ser un pionero en el mundo del fútbol y ponerse al nivel de las mejores ligas. Para conseguirlo no han dudado en invertir millones y millones de euros en fichajes, infraestructura, instalaciones... una auténtica revolución que ha colocado al país asiático en el punto de mira.

Sin embargo, pese a toda la ambición que poseen los saudíes, lo cierto es que el país todavía tiene mucho margen de crecimiento. A nivel individual existe una evidente falta de derechos y eso se puede ver en cierto tipo de actitudes, como la que sucedió ayer en la final de la Supercopa.

Y es que, tras perder la final, un aficionado del Al-Ittihad sacó el látigo a pasear en pleno estadio y agredió a un jugador. Sí, por extraño que parezca, la realidad a veces supera a la ficción.

La final de la Supercopa de Arabia Saudí entre el Al-Ittihad y el Al-Hilal acaba con un latigazo

En el terreno deportivo, el Al-Hilal superó por 4 a 1 al Al-Ittihad. Un resultado doloroso y que provocó el enfado de los aficionados. En concreto, el de uno que estaba situado cerca del túnel de vestuarios y que no paró de insultar a Abderrazak Hamdallah, delantero del  Al-Ittihad, durante todo el encuentro.

Nada más pitar el final, Abderrazak se dirigió hacia dicho aficionado para recriminarle su actitud y le lanzó un poco de agua. Un gesto que el seguidor árabe no se tomó nada bien y con el que contestó de la peor manera posible. Sacó un látigo que llevaba guardado y empezó a golpear en repetidas ocasiones a Abderrazak Hamdallah, que intentó taparse la cara tal y como se aprecia en el vídeo viral.

La imagen ya ha dado la vuelta al mundo y, como no podía ser de otra manera, se ha vuelto viral. Es evidente que Arabia Saudí ha realizado una importante apuesta para desarrollar el fútbol en su país, pero estos episodios hacen estallar la burbuja.

La sociedad debe intentar caminar al lado del deporte rey y aquí resulta inconcebible imaginar una escena de este calibre. Sin duda, Arabia Saudí todavía tiene mucho margen de mejora y el fútbol puede ayudar a ello, pero también puede tirarlo todo por la borda.