Todos los trámites que te va a obligar a hacer Hacienda si fallece un familiar
Pese a que no sea de buen grado para nadie, hay una serie de obligaciones a cumplir cuando alguien cercano muere
Aunque enfrentar la muerte de un ser querido nunca es fácil, hay ciertos trámites inevitables que deben ser atendidos para evitar problemas económicos y legales en el futuro. Entre estos, notificar la defunción a Hacienda es un paso crucial que no debe ser pasado por alto.
Cuando fallece un familiar cercano, como un padre, madre o hermano, es vital informar a Hacienda sobre el deceso. Esta notificación permite actualizar los registros fiscales del difunto y asegurar que no se generen deudas o malentendidos en el futuro. Si no se realiza este trámite, pueden surgir complicaciones en la gestión del patrimonio y las posibles herencias.
Pero la notificación a Hacienda es solo una parte del conjunto de trámites que deben llevarse a cabo tras la muerte de un familiar. Estos pueden incluir:
- Obtención del certificado de defunción: Este documento oficial es el primer paso para cualquier gestión posterior.
- Inscripción en el Registro Civil: La defunción debe ser registrada para actualizar los datos personales del fallecido.
- Tramitación de la herencia: Incluye la presentación de la declaración del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
- Cancelación de cuentas bancarias y seguros: Las entidades financieras y aseguradoras deben ser informadas para proceder con la liquidación y cierre de cuentas y pólizas.
Hay que notificar la muerte a Hacienda
Así pues, es de vital importancia que el fallecimiento de una persona sea notificado a Hacienda. Para cumplir con este requisito, es necesario cumplir una serie de pasos previos.
Antes que nada hay que obtener el certificado de defunción, y también inscribir el fallecimiento en el registro civil dentro de las 24 horas posteriores al deceso. Además, se debe solicitar el certificado de últimas voluntades y el testamento, liquidar el Impuesto de Sucesiones y dar de baja al fallecido en la Seguridad Social.
Cuando una persona fallece, es fundamental resolver todas sus obligaciones fiscales con Hacienda. Los herederos son los responsables de presentar también la declaración de la Renta del fallecido correspondiente al año fiscal actual. Además, deben gestionar cualquier IRPF pendiente, asegurando que las responsabilidades tributarias del difunto queden completamente resueltas.
Omitir la notificación del fallecimiento puede derivar en serios problemas con Hacienda. Entre ellos, la acumulación de deudas fiscales, la generación de intereses y multas, y posibles conflictos legales entre herederos. Además, las cuentas bancarias del fallecido pueden seguir acumulando comisiones y gastos, complicando aún más la situación financiera de los familiares.
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