El motivo por el que muchos españoles rechazan recibir el Ingreso Mínimo Vital
El Ingreso Mínimo Vital no consigue el objetivo que se había planteado de ayudar a las familias más vulnerables
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) es una ayuda destinada a garantizar un nivel mínimo de ingresos a los hogares en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, a pesar de que muchas familias cumplen con los requisitos para recibir esta prestación, un alto porcentaje no la solicita. En concreto, el 56% de los hogares que podrían acogerse al IMV no lo hacen.
Los motivos que les llevan a adoptar esta posición son variados. Pero se podrían resumir en tres grandes cuestiones. Serían el cobro de otras prestaciones, la burocracia y el uso de información desactualizada para medir los umbrales de renta.
El cobro de otras ayudas
Uno de los motivos por los que los ciudadanos no solicitan el IMV es el solapamiento con otras rentas mínimas y prestaciones no contributivas. Más de la mitad de los posibles aspirantes a la ayuda no lo hacen porque ya perciben algún tipo de prestación no contributiva por desempleo. Así lo recoge en su análisis la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).
Aunque el Ingreso Mínimo Vital solo llega a un tercio de los potenciales hogares, eso no implica que los demás estén desprotegidos. Aseguran que en muchos casos existe otra ayuda que les impide acceder a él.
Además, muchas de estas familias no notarían una gran diferencia si se pasan al IMV. El incremento de la renta sería de apenas el 30%, algo que no se notaría en exceso. Y es que la mejora sería mínima al tratarse de prestaciones tan bajas.
La manera de medir el umbral de renta
Otra cuestión a resolver es la manera de calcular el umbral de renta que permite acceder a él. Para solicitar el Ingreso Mínimo Vital los hogares tienen que acreditar que sus ingresos son inferiores a la renta que garantiza la ayuda. Sin embargo, en todo esto hay un problema.
Y es que la información sobre esos ingresos hace referencia al ejercicio anterior. Esto hace que en muchos casos la ayuda no llegue a tiempo a los hogares desprotegidos.
También debe tenerse en cuenta las variaciones de renta o patrimonio que pueden sufrir las unidades familiares de un año para otro. Todo ello acaba condicionando a los posibles perceptores.
La situación familiar también supone un obstáculo
Otro problema que detectan los expertos es la compleja situación familiar de algunos de los hogares. Y es que existen graves inconvenientes para acreditar cuál es su unidad de convivencia. Esto supone un factor que determina la cuantía de la prestación.
Como es lógico, no es lo mismo una casa con una sola persona, que otra con tres adultos y dos menores. Detectan, además, problemas en el empadronamiento o con parejas de hecho que no están registradas.
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