Hacienda saca a relucir su multa más picante: esto es lo que puede condenarte a pagar
Hacienda cuenta con sanciones de todo tipo, con el objetivo de combatir el fraude fiscal de contribuyentes y empresas
A Hacienda no le tiembla la mano cuando tiene que imponer sanciones. De hecho, entre las multas más duras que tiene a su alcance existe una que puede llegar a los 600.000 euros, cifra que asusta a más de uno.
Se trata de la sanción por "infracción tributaria por resistencia, obstrucción, excusa o negativa" a las acciones de la Administración Tributaria. Como su nombre indica, su objetivo combatir el fraude fiscal y la obstrucción de las investigaciones del Fisco.
Hacienda avisa: no acaba todo con presentar la Renta
Presentar la Declaración de la Renta no exime a los contribuyentes de todas sus obligaciones fiscales. Hacienda, en su esfuerzo por garantizar la transparencia y exactitud en los datos tributarios, puede requerir información adicional en cualquier momento. Aunque este proceso es rutinario para la administración, muchos ciudadanos lo ven como una verdadera pesadilla burocrática.
Sin embargo, ignorar estos requerimientos o, peor aún, obstaculizar la labor de la Agencia Tributaria, puede desembocar en sanciones económicas de gran magnitud. Así lo advierte el artículo 203 de la Ley General Tributaria.
Este establece que cualquier intento de eludir las solicitudes de Hacienda, ya sea no facilitando documentos, no compareciendo o impidiendo el acceso de los funcionarios se considera falta grave. Esta infracción puede abarcar desde la negativa a presentar documentación hasta la obstrucción física de una inspección, y es vista con especial gravedad por la Administración.
Multas de entre 150 y 600.000 euros
La escala de sanciones varía dependiendo de la gravedad de la infracción y la reincidencia del contribuyente en no cumplir con sus obligaciones. Por ejemplo, si un contribuyente no atiende un primer requerimiento, la multa inicial es de 150 euros. Si persiste en su negativa, la sanción aumenta a 300 euros, y si se ignora un tercer requerimiento, la multa puede llegar a 600 euros.
Sin embargo, a partir de ahí, las sanciones se agravan considerablemente, pudiendo alcanzar hasta un 2% de la cifra de negocio. En esta situación, las multas oscilan entre un mínimo de 10.000 euros y un máximo de 400.000 euros.
La situación se torna aún más delicada para aquellos que deciden no presentar los libros de contabilidad o los registros oficiales requeridos por Hacienda. En estos casos, la multa puede ser del 2% de la cifra de negocio del año anterior, con un mínimo de 20.000 euros. Si la falta persiste, la sanción puede ascender a la temida cifra de 600.000 euros.
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