El truco casero con el que puedes dejar tu horno impecable: necesitas dos productos
Limpiar el horno puede ser una tarea tediosa, pero con un sencillo truco es posible dejarlo impecable sin esfuerzo
Limpiar el horno puede ser una tarea tediosa, pero con un sencillo truco casero es posible dejarlo impecable sin grandes esfuerzos. Solo necesitas dos ingredientes: jugo de limón y bicarbonato. Esta combinación no solo es efectiva, sino que también evita el uso de químicos agresivos y costosos.
Paso 1: Prepara la mezcla limpiadora
Para comenzar, vierte agua caliente en la bandeja del horno y añade el jugo de un limón. El limón es un potente desengrasante natural y tiene propiedades antibacterianas. Además, su aroma fresco ayuda a neutralizar los malos olores que puedan quedar en el horno después de cocinar.
Luego, agrega una cucharada de bicarbonato de sodio. Este ingrediente es excelente para remover la grasa y los restos de comida incrustados. Al combinarlo con el limón, se produce una reacción que potencia su efecto limpiador.
Paso 2: Deja actuar la mezcla
Coloca la bandeja en el horno y cierra la puerta. Enciende el horno a baja temperatura, entre 100 y 120 grados, y déjalo actuar durante unos 20 minutos. El vapor caliente con limón y bicarbonato aflojará la grasa y la suciedad, facilitando la limpieza.
Este paso es crucial, ya que permite que la mezcla penetre en las superficies, ablandando los restos y facilitando su eliminación sin necesidad de raspar.
Paso 3: Prepara la bola de papel de aluminio
Una vez finalizado el tiempo, apaga el horno y deja que enfríe un poco para evitar quemaduras. Luego, haz una bola con papel de aluminio de un tamaño cómodo para sostenerla. Este material es ideal porque, a diferencia de los estropajos, no raya las superficies y permite una limpieza profunda.
Con la bola de papel de aluminio en mano, frota las superficies del horno, especialmente las zonas donde la suciedad esté más incrustada. El papel de aluminio ayuda a eliminar restos sin dañar el esmalte del horno.
Paso 4: Limpia los restos con un paño
Cuando termines de frotar, pasa un paño húmedo para retirar los restos de la mezcla y la suciedad suelta. Si es necesario, puedes enjuagar el paño varias veces para asegurarte de que no quede ningún residuo. Al finalizar, seca la superficie con un trapo limpio y seco.
Este método no solo es efectivo y sencillo, sino que también es económico y respetuoso con el medio ambiente. Usar ingredientes naturales como el limón y el bicarbonato evita el uso de productos químicos que pueden ser perjudiciales para la salud y contaminantes. Además, es un truco económico, ya que estos productos suelen estar presentes en la mayoría de los hogares.
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