El pueblo costero catalán que hace frontera con Francia y guarda playas vírgenes

Ubicado en un entorno natural resguardado del turismo masivo, este rincón catalán es ideal para aquellos  que buscan tranquilidad, naturaleza y mar en su forma más pura. Este destino costero combina la serenidad de sus playas  con la posibilidad de disfrutar de actividades al aire libre, ofreciendo una experiencia única lejos de las aglomeraciones.

¿Qué hacer en Colera?

Colera, en la comarca del Alt Empordà, es perfecto para disfrutar de la naturaleza. Su costa, abrazada por el Mediterráneo, ofrece playas de aguas cristalinas como la 'Playa de Garbet', una extensa playa de 650 metros, ideal para nadar, hacer snorkel o simplemente relajarse.

Con aparcamiento, duchas y agua potable, es un lugar cómodo para pasar el día. También se encuentra la Playa d'en Goixa, más pequeña, con 350 metros de longitud, pero igualmente encantadora y más tranquila, perfecta para quienes buscan un ambiente más íntimo.

Si prefieres explorar el entorno natural, los senderos de la zona son ideales para caminatas o ciclismo. Uno de los recorridos más recomendados es el 'Camí de Ronda', que ofrece vistas impresionantes del mar Mediterráneo y la costa rocosa. Colera es un destino excelente para los amantes de los deportes acuáticos como el kayak, el paddle surf y el buceo, ya que sus aguas transparentes invitan a descubrir la rica biodiversidad marina.

Además, su historia se refleja en lugares como la 'Iglesia de Sant Miquel', un rincón tranquilo y lleno de historia, y la Ruta de los Búnkeres, con restos de la Guerra Civil Española que se pueden visitar en las proximidades.

¿Dónde se encuentra?

Colera se encuentra en el noreste de Cataluña, en la comarca del Alt Empordà, muy cerca de la frontera con Francia. Limita al norte con los municipios de Portbou y Banyuls-sur-Mer, en Francia, mientras que al sur, está cerca de Llansá. Su localización privilegiada lo convierte en un lugar perfecto para quienes desean disfrutar tanto de la costa como de la naturaleza circundante.

Con tan solo 477 habitantes, este pequeño pueblo conserva un ambiente tranquilo, lejos del bullicio de las grandes ciudades o destinos turísticos. Gracias a su aislamiento relativo, Colera ha logrado mantener su encanto natural y su autenticidad. Aquí, la tranquilidad y la conexión con el entorno son los protagonistas, convirtiéndolo en un destino ideal para quienes buscan desconectar.