El encantador pueblo catalán de solo 228 habitantes que ofrece un viaje en el tiempo
Explora dónde está y qué actividades hacer en este pintoresco pueblo que combina el pasado y el presente
Es fácil imaginar un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde las calles serpentean entre antiguas construcciones y la naturaleza invita a desconectar del mundo. Este rincón en las montañas ofrece precisamente eso: un viaje a la calma y la belleza que solo los pueblos medievales pueden transmitir.
Qué hacer en Mura
Mura, en la comarca del Bages, es un destino que parece haber salido de un cuento de hadas. Con sus casas de piedra y calles empedradas, el pueblo ofrece un entorno que combina historia y naturaleza.
Lo primero que notarás al pasear por sus calles es la arquitectura medieval, que ha sido cuidadosamente preservada. La iglesia de Sant Martí es un símbolo del pueblo y tiene sus orígenes en el siglo XI. Pero su estructura ha evolucionado a lo largo del tiempo.
Los amantes de la historia pueden visitar la antigua almazara de aceite y las tinas de 'Ca l’Arola', que reflejan las tradiciones de la zona. Para aquellos que disfrutan de un entorno más tranquilo, la ermita de Sant Antoni, situada en las afueras, es un espacio perfecto para reflexionar mientras disfrutas del paisaje del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac.
Una de las principales actividades en Mura es el senderismo. Existen varias rutas que te permiten explorar los alrededores, siendo las más populares la ruta de las mil fuentes, la riera de Nespres y el recorrido por masías y molinos. Cada una de estas caminatas ofrece una experiencia diferente, desde el descubrimiento de antiguas fuentes hasta el paso por prados y montañas.
Dónde está Mura y su encanto natural
Mura se encuentra en un pequeño valle rodeado de montañas, a unos 450 metros de altitud. Su ubicación en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac lo convierte en un excelente lugar para los amantes de la naturaleza. Está a solo una hora en coche de Barcelona, lo que lo convierte en un destino ideal para una escapada de fin de semana.
Con apenas 228 habitantes, el pueblo ofrece una atmósfera de tranquilidad inigualable, ideal para quienes buscan desconectar del bullicio de la ciudad. La población, aunque pequeña, ha sabido mantener vivas sus tradiciones, lo que se refleja en sus celebraciones locales y el cuidado de sus calles. Visitar Mura es sumergirse en una experiencia auténtica de la vida rural catalana, rodeado de paisajes montañosos y la historia que impregna cada rincón.
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