Mujer pensativa con fondo de cielo azul y mapa de Cataluña con signo de interrogación.
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El impresionante pueblo fronterizo catalán donde el tiempo parece haberse detenido

Explora dónde se encuentra este bonito pueblo catalán, sus principales atractivos y qué actividades puedes hacer

En un rincón de la Costa Brava, a orillas del Mediterráneo, se encuentra un lugar con una historia única. Un pueblo que ha sido testigo de momentos clave, donde el tiempo parece haberse detenido, y donde los turistas que lo visitan lo hacen buscando algo más que playas o bullicio. Este destino ofrece una experiencia auténtica, alejada de las multitudes habituales.

Portbou: un lugar atrapado en el tiempo

Portbou, situado en el Alt Empordà, es una población de apenas 1.077 habitantes, que limita con Francia y cuya ubicación estratégica ha marcado su historia. Este pueblo es conocido por su impresionante estación de tren, un vestigio de la época en que fue la  principal puerta de entrada a España desde Europa. La estación, con su arquitectura suntuosa y majestuosa, es un recordatorio del pasado glorioso de Portbou, cuando los trenes internacionales paraban aquí.

Vista panorámica de una playa con un pueblo costero y colinas verdes al fondo.

Además de su estación, el núcleo urbano de Portbou es un pequeño laberinto de calles estrechas y edificios antiguos, muchos de los cuales son palacios novecentistas en estado de deterioro. La playa urbana, con su particular paisaje de piedras en lugar de arena, ofrece una vista impresionante del Mediterráneo. Es un lugar donde se puede disfrutar de la tranquilidad sin la saturación turística que caracteriza a otras localidades de la Costa Brava.

Qué hacer en Portbou

Desde el paseo marítimo de Portbou, se pueden ver los restos del antiguo Castillo de Querroig, situado a poco más de 600 metros del pueblo. Aunque el castillo está en ruinas, sus fortificaciones del siglo X aún se mantienen, permitiendo vislumbrar el pasado medieval de la zona.

Otra visita obligada es la iglesia parroquial de Santa María de Portbou. Este impresionante edificio de estilo gótico, con sus altísimas agujas y hermosas tallas, es un reflejo de la arquitectura del siglo XIX. Construida en 1878, la iglesia es un remanso de paz en el que se pueden apreciar sus tranquilos claustros y jardines.

Una iglesia de estilo gótico con una gran roseta en la fachada, ubicada junto a unas vías de tren.

Por último, no se puede dejar de mencionar la Casa Walter Benjamin, un monumento dedicado al filósofo judío que murió en el pueblo en 1940. Su historia está presente en este lugar, que invita a la reflexión sobre los últimos días del intelectual antes de su trágica muerte.

Portbou se encuentra en la frontera con Francia, en la provincia de Girona, y forma parte de la comarca del Alt Empordà. Este pequeño enclave mantiene su esencia intacta, ofreciendo a quienes lo visitan un ambiente tranquilo y auténtico. Si buscas un lugar para desconectar, caminar por senderos históricos o disfrutar del mar sin el bullicio habitual, Portbou es el lugar ideal.

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