El Govern pone fecha a las peores restricciones por sequía
La previsión de lluvias en las próximas semanas no solucionaría la 'crítica' situación que vive Cataluña
El Govern visualiza con pesar la posibilidad inminente de que Cataluña entre en una fase de emergencia debido a la persistente situación de sequía. Las previsiones optimistas de lluvias en las próximas semanas no parecen poder evitar la crítica situación.
En este sentido, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, manifestó que consideran "difícil" eludir la declaración de emergencia. De hecho, aseguró en una rueda de prensa que con "mucha probabilidad" podría llevarse a cabo a lo largo del este mismo mes de enero.
Una situación crítica, pese a la previsión de lluvias
La situación actual se describe como "crítica", con la sequía intensificándose mes a mes. Aunque se prevén precipitaciones en las próximas semanas, Plaja advirtió que incluso en caso de que estas sean "muy abundantes", solo se atrasaría la entrada en la fase de emergencia.
La declaración de este estado implica un reconocimiento de que la situación ha alcanzado un punto crítico que requiere medidas extraordinarias.
La portavoz hizo hincapié en que la sequía, lejos de disminuir, se ha intensificado con el tiempo. Subrayando la necesidad de afrontar de manera urgente este desafío ambiental. La preocupación se centra en la falta de lluvias significativas.
De esta forma, complica paliar el déficit hídrico acumulado, y la posibilidad de que la región entre en una fase de emergencia destaca la gravedad de la situación.
Una gestión eficaz de los recursos hídricos
La Generalitat de Catalunya espera con cautela las próximas semanas y las condiciones meteorológicas, consciente de que la gestión eficaz de los recursos hídricos se convierte en una prioridad inaplazable. Mientras tanto, se insta a la población y a los diversos sectores a adoptar medidas de conservación del agua. La creciente amenaza que plantea la sequía en Cataluña es muy preocupante.
Este verano ya se vivieron momentos difíciles y se optó por tomar medidas como prohibir llenar algunas piscinas municipales y limitar el agua de riego a agricultores, especialmente, del Canal Segarra-Garrigues.
Las consecuencias de esta crisis no son solo ambientales, también económicas y sociales, por lo que es preciso un plan político que las ataje.
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