Este es el faro más famoso y fotografiado de Cataluña, y no está en Barcelona

El faro más reconocido de Cataluña no se encuentra en Barcelona. Y es que Cataluña tiene una de las torres luminosas más admiradas y fotografiadas por los turistas.

Es el Fangar, situado al norte del fascinante delta del Ebro, en Tarragona. De hecho, está a tan solo dos horas en coche de la ciudad de Barcelona.

El faro más famoso de Cataluña no está en Barcelona

El faro más emblemático de Cataluña no se encuentra en Barcelona, sino que está en la provincia de Tarragona. Se trata del Fangar, situado en las Tierras del Ebro. 

Este indica a los barcos la proximidad a la punta del lugar de la cual recibe el nombre. El Fangar es la península de arena fina que se adentra al mar al norte de la desembocadura del Ebro, enfrente de la bahía, en el municipio de Deltebre. Este es muy reconocido en todo el territorio catalán y cada año es visitado y fotografiado por miles de transeúntes.

A dos horas de Barcelona

Este, pero, tan solo se sitúa a dos horas de Barcelona. La ruta más típica y accesible para llegar es la que nos ha mostrado la influencer Necore en su cuenta de Instagram. Esta consiste en un recorrido de ocho quilómetros, cuatro de ida y cuatro de vuelta, que se puede hacer en poco más de dos horas. 

El trayecto parte del aparcamiento de la playa de la Marquesa, desde donde se puede apreciar el faro a lo lejos. A medida que se avanza, nos vamos adentrando en la playa de la Punta del Fangar, una zona de dunas fijas y móviles que deja perplejo a todos sus visitantes. De hecho, su belleza reside en gran medida en el lugar que lo rodea.

La usuaria destaca sus dunas y su orilla repleta de conchas. Sin embargo, también es un lugar muy característico por su fauna, ya que se trata de una zona clave de nidificación de gaviotas y otras aves marinas. Además, es conocida como la playa de los espejismos porque en los días soleados se puede apreciar esta ilusión óptica. 

Según consta, el faro original databa de 1984, pero con el tiempo se fue deteriorando para finalmente terminar siendo incendiado durante el transcurso de la Guerra Civil. Este fue sustituido por una pequeña torreta de hierro de ocho metros que terminó resultando, tras su modernización, en el Fangar, tal y como lo conocemos hoy en día.

El actual data del año 1972, tiene una altura de 20 metros y un diámetro de tres metros. La luz blanca que emite se puede apreciar desde 12 millas de distancia mar adentro. El entorno mágico en el que está situado y su propia belleza lo convierten en una de las construcciones más simbólicas de esta zona del Ebro.