Mujer sorprendida con una camiseta verde sosteniendo una imagen de un mapa con la bandera de Cataluña y un pin sobre un paisaje costero.
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El precioso pueblo catalán con unas playas encantadoras: te dejará sin palabras

Descubre donde se encuentra y que hacer en este precioso pueblo perfecto para una escapada de fin de semana

Ubicado en un rincón de la Costa Brava, este lugar cautiva con sus paisajes y su esencia marinera. Enmarcado por montañas y el azul del Mediterráneo, su carácter tranquilo y auténtico lo convierte en un destino ideal para quienes buscan paz y naturaleza. Las calles, la arquitectura y el ritmo de vida invitan a disfrutar de un ambiente relajado, alejado del bullicio de las grandes ciudades.

Este pueblo, conocido como El Port de la Selva, forma parte de la comarca del Alto Ampurdán en la provincia de Gerona. Con una población de unos 1.045 habitantes, se encuentra a unos 170 kilómetros de Barcelona. Su situación en la costa norte del Cabo de Creus lo convierte en un destino especial para los amantes del mar y el senderismo.

Vista de un pueblo costero con casas blancas junto al mar y barcos en la orilla al atardecer.

Qué ver y hacer en este lugar

El Port de la Selva ofrece actividades y sitios de interés para los visitantes, entre ellos destaca la iglesia de Santa María de les Neus. Este lugar es ideal para dar tranquilos paseos junto al mar, desde el puerto hasta el Club Náutico, o por el camino de ronda que conecta con Llansá. También es posible caminar en dirección opuesta y descubrir la cala Tamariua, una playa preciosa y menos concurrida.

Para los amantes de la historia, la ruta hacia el monasterio de Sant Pere de Rodes es imprescindible. Este conjunto monumental, considerado Bien Cultural de Interés Nacional, incluye el monasterio, el castillo de Verdera y la iglesia de Santa Cruz de Roda. El paisaje y la vista desde lo alto son espectaculares, y permiten imaginar la vida en tiempos medievales.

Un entorno natural y cultural

El Port de la Selva tiene un rico patrimonio histórico y natural. La iglesia de San Fructuoso y sus calles conducen a rincones y a senderos que llevan al mismo monasterio de Sant Pere de Rodes. Para quienes disfrutan de la arqueología, el pueblo alberga vestigios prehistóricos, como los dólmenes de las Mores Altes.

Una antigua abadía de piedra rodeada de colinas verdes bajo un cielo despejado.

El paisaje humanizado del lugar, lleno de muros de piedra seca y antiguos molinos, es también digno de explorarse. Además, se pueden visitar lugares como el horno de baldosas de Canavall y el molino de grano, que reflejan la arquitectura popular y la vida rural de antaño.

En El Port de la Selva, cada rincón cuenta una historia y el entorno natural potencia su encanto. Es un destino ideal para disfrutar de la calma, la belleza del Mediterráneo y un patrimonio que abarca siglos de historia.

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