El curioso pueblo de Cataluña que solo tiene una persona empadronada
El vecino prefiere no hablar sobre su situación y sigue siendo el único vecino que reside en el lugar
Vivir lejos de las grandes ciudades y retirarse a la vida calmada de los pueblos siempre es una apuesta segura. Huir del bullicio y la vida acelerada es un bálsamo para quienes buscan paz. Ahora bien, de ahí a vivir en un pueblo en el que seas el único habitante, hay un trecho.
Eso es lo que pasó a un vecino de Cervera que decidió mudarse a un pueblo perteneciente a la Ribera d'Ondara. Montlleó es el pueblo de la demarcación de Lérida, con un solo empadronado, el de Cal Mestres. Desde su casa el vecino disfruta del silencio y la quietud que queda en un municipio en el que antes hubo vida.
Tal como han avanzado desde Crónica Directo, el hombre prefiere mantener su anonimato. Por lo que no se pueden saber los motivos que le han movido a formar parte del pueblo de Cataluña con un solo empadronado. Los años pasan y él sigue allí, por lo que nada mal debe estar.
El pueblo de Cataluña que demuestra la despoblación rural
Montlleó nunca ha sido un núcleo muy poblado, de hecho pertenece a la Ribera d'Ondara. De todas formas, sí que décadas atrás acogió a diversas familias que vieron allí crecer sus vidas, hijos y negocios. En plena era de la rapidez y las tecnologías, pueblos como este parecen no tener cabida en la vida de la mayoría de personas.
Mucho se habla del éxodo rural que no solo padece este pueblo de Cataluña. Si no que hay centenares en todos el país en la misma situación. Aun así, poco se hace para evitar que esto suceda o que, como mínimo, se detenga su aceleración.
Este tipo de pueblos se quedan huérfanos de recursos, de facilidades y comodidades que permitan vivir en ellos. Muchos no tienen internet, ni médicos, ni tiendas que hagan de sus calles unas aptas para ver crecer allí a sus hijos. Todo ello se conjuga como el combo perfecto para dejarlos atrás, cerrar sus puertas y condenarlos al inevitable abandono.
Un ejemplo de pueblo solitario
En Montlleó pocas edificaciones se mantienen en pie y buen estado. La de Cal Mestres es una de ellas, y la iglesia de Santa María, otra. Pocas o ninguna misa se oficia ya allí, pero al menos queda como testimonio de que también pasaron cosas importantes.
El pueblo se sitúa a 677 metros de altura y en el siglo XIX contaba con poco más de 60 habitantes. Una vez su único habitante desaparezca, es probable que solo se pueda saber de este municipio a través de la literatura local. Una pena que demuestra que las cosas que no se cuidan, al final, mueren en el olvido.
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