La bonita cala de Cataluña que casi nadie conoce: agua limpia y mucha tranquilidad

El calor aprieta y las ganas de playa invaden a todo el mundo. Pero, ¿quién quiere acabar en una toalla a escasos centímetros de centenares de personas?

Cada vez son más las personas que buscan rincones costeros donde el único sonido sea el de las olas y la brisa marina. Muchos quieren disfrutar del sol y del mar, pero también anhelan un poco de tranquilidad.

Y lejos de las playas abarrotadas y los chiringuitos a reventar, hay calas escondidas y playas vírgenes esperando a ser descubiertas en Cataluña. Una de ellas, Cala Vidre.

Cala Vidre, un oasis de paz y tranquilidad

No solo la Costa Brava cuenta con playas que no tienen nada que envidiar a las de Menorca. La Costa Daurada también esconde auténticos tesoros en sus playas más recónditas.

Existen calas de aguas cristalinas, rodeadas de acantilados y bosques, donde podrás relajarte y desconectar del mundo. Imagina tumbado en la arena fina, leyendo un libro y escuchando el sonido de las olas. ¿Suena bien, verdad? Esto es posible en Cala Vidre.

Esta cala es una pequeña joya escondida en l'Ametlla de Mar te conquistará con sus aguas cristalinas, su arena fina y su entorno natural. Sus aguas turquesas invitan a darse un refrescante baño, mientras que la arena dorada te proporciona el lugar perfecto para relajarte y tomar el sol.

Además, llegar a Cala Vidre es muy sencillo porque puedes hacerlo en coche, y hay un parking público cerca de la playa. Si prefieres un paseo más tranquilo, puedes acceder a pie desde el pueblo de l'Ametlla de Mar. ¡No cabe duda de que el camino merece la pena!

¿Qué se puede hacer en Cala Vidre?

Las posibilidades son infinitas:

• Relajarte: Tumbarte en la arena, leer un libro, escuchar las olas… ¡El estrés se desvanecerá!
• Nadar y hacer snorkel: Descubre la belleza submarina de Cala Vidre.
• Bucear: Si eres un amante del buceo, esta cala te sorprenderá con su fondo marino.
• Hacer senderismo: Explora los alrededores y descubre rincones escondidos.
• Disfrutar de la gastronomía: Después de un día de playa, puedes degustar la deliciosa gastronomía local en alguno de los restaurantes cercanos.
• Hacer fotos: Captura los momentos más bonitos de tu visita y comparte tus fotos en redes sociales.

Pero si te quedas con ganas de más, l'Ametlla de Mar te ofrece un sinfín de posibilidades. Puedes visitar el casco antiguo, pasear por el puerto deportivo o disfrutar de una deliciosa paella en alguno de sus restaurantes.