Montaje con platos llenos de piezas de repostería en una pastelería, la pastelería Kessler-Galimany desenfocada y un emoji llorando

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Barcelona llora: adiós a una de las pastelerías más conocidas de la ciudad

Barcelona pierde a uno de sus negocios más queridos por los vecinos del barrio de Sants que han saboreado las delicias del local

La icónica pastelería Kessler-Galimany de Barcelona cierra sus puertas para siempre. Sí, sus clientes lloran, y no es para menos después de estar más de siete décadas endulzando los paladares y marcando la historia de Sants.

El adiós de esta pastelería de Barcelona representa el fin de una era para los vecinos del barrio. Los cuales han visto cómo este establecimiento se convertía en un referente tanto para vecinos como para visitantes.

Un legado imborrable para Barcelona

Fundada en 1950, la pastelería Kessler-Galimany rápidamente se ganó el reconocimiento de varias generaciones. Todo ello gracias a la calidad de sus tartas, cruasanes y chuchos.

Bien pronto se convirtió en un punto de encuentro y deleite para los amantes de los dulces. Sin embargo, a pesar de su éxito y arraigo en el barrio, el negocio no ha podido resistir la crisis económica reciente.

La pandemia fue el inicio del declive. Y los precios de los alquileres, la gota que ha colmado el vaso. Joan Galimany, quien ha regentado la pastelería durante las últimas décadas, lamenta la falta de apoyo al comercio local autóctono. De igual forma, critica las condiciones económicas actuales que dificultan la supervivencia de negocios como el suyo.

Una decisión difícil

A pesar de los esfuerzos por mantener vivo el legado familiar, Galimany y su equipo han tomado la difícil decisión de cerrar definitivamente. El último día de trabajo de la pastelería Kessler-Galimany será el miércoles 3 de abril de 2024. Un día que quedará grabado en la memoria de aquellos que han disfrutado de sus delicias a lo largo de los años.

Sin embargo, la familia no se despide por completo del mundo de la restauración. La cafetería del mismo nombre, ubicada en la calle de Cros de Barcelona y dirigida por la hija de Joan, Judith, continuará abierta.

En esta ocasión, sirviendo desayunos, meriendas y cafés. Sin duda, toda una forma de mantener viva una parte del legado familiar. A pesar del cierre de la pastelería en Barcelona, la esencia de Kessler-Galimany seguirá presente en Sants siempre que se le recuerde.

Barcelona, en una situación complicada

Barcelona debería de plantearse qué tipo de seguridad empresarial da como capital. O bien, es por los precios de los alquileres, o por la inseguridad que se vive, pero los establecimientos no paran de echar el cierre. Un ejemplo es el caso del popular restaurante Chaka Khan de Barcelona.

A principios del mes de marzo anunció su cierre definitivo. Y la causa es realmente preocupante para los vecinos de Barcelona. Desde el mismo restaurante han informado que la creciente inseguridad en el barrio del Raval es un problema con el que ya no pueden lidiar.

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