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SUCESOS

Golpe a la delincuencia en el barrio que refleja la imparable degradación de Barcelona

Pubilla Cases se ha convertido en una de las zonas más peligrosas de L'Hospitalet

Un operativo conjunto de Guardia Urbana, Mossos d’Esquadra y Policía Nacional ha llevado a cabo una operación policial contra la delincuencia en L’Hospitalet. El dispositivo BRIDA se ha desarrollado en el barrio de Pubilla Cases, epicentro de la inseguridad y el incivismo que lleva años experimentando un imparable proceso de degradación. El objetivo del operativo era prevenir los robos con violencia e intimidación en la vía pública, que se han disparado de forma alarmante en el municipio barcelonés.

La policía ha detenido a seis personas, ha levantado una docena de actas y ha realizado dos inspecciones en locales regentados por extranjeros. Durante el operativo se han requisado varias sustancias estupefacientes y se han detectado ilegalidades en los locales intervenidos. Por ejemplo, un local de compra venta de oro sin registro de origen de las joyas y que vendía lotería de forma ilegal, y un establecimiento de reparación de patinetes donde no constaba el registro de compra venta de vehículos.

Los agentes han identificado a un total de 217 personas y ha recuperado dos DNI robados. El dispositivo BRIDA de prevención de la delincuencia se realiza de forma periódica en L’Hospitalet y otras zonas del Área Metropolitana Sur, donde los robos con violencia se dispararon el último año. La primera actuación en L’Hospitalet fue en diciembre del año pasado, en los barrios de La Florida y Les Planes, y se siguen realizando periódicamente en función de los datos semanales de la delincuencia.

Robos con violencia y multirreincidencia

Los robos con violencia se dispararon un 23% en L’Hospitalet el año pasado, y barrios como Pubilla Casas son el epicentro de esta delincuencia. En barrios como este se ha extendido de forma alarmante la práctica de asaltos en la vía pública para robar bolsos, móviles o cadenas de oro. Los asaltantes suelen ser multirreincidentes que acumulan varios antecedentes, y que convierten en un infierno la convivencia de los vecinos.

El pasado mes de octubre, un antiguo vecino del barrio envió una carta a El Periódico que refleja a la perfección la situación. El hombre hablaba de “botellones nocturnos, manteros a primera hora del día y miedo a caminar por la noche en tu propio barrio”. También explicaba que “la cosa va de mal en peor”, y que “después de cincuenta años” viviendo allí “irme ha sido una de las mejores decisiones de mi vida”. 

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