Contar con una buena lavadora es uno de los principales requisitos para conseguir que la ropa salga perfecta de la misma. Pero hay que ser conscientes de que hay textiles que se sacan de este electrodoméstico con una textura nada agradable e incluso bastante rígidos.
Si a ti te ha sucedido algo así, te va a interesar leer este artículo. Sí, porque en él te vamos a dar a conocer el truco ideal para que tus toallas no queden 'tiesas' después del lavado.
Que las citadas toallas estén sometidas a altas temperaturas en la lavadora es el principal motivo por el que aquellas se vuelven ásperas con el paso del tiempo. Si esto es lo que les pasa a las tuyas y ya no sabes qué hacer para recuperar su suavidad, no desesperes. Hay una manera de conseguir este propósito y es muy sencilla.
Para ponerla en práctica únicamente necesitas disponer de dos productos muy comunes: vinagre blanco y bicarbonato. Este último, si no cuentas con él en casa, lo puedes sustituir por un poco de amoniaco.
Una vez que hayas cargado la lavadora con las toallas, echa el detergente y junto al mismo añade dos cucharadas de bicarbonato. Acto seguido, durante el ciclo del lavado tendrás que añadir una taza de vinagre blanco en el cajetín.
Por último, debes programar el lavado para que enjuague y centrifugue suave y con agua que no sea caliente. Ya solo deberás sacar la colada, ponerla a secar y así descubrirás que esos textiles que usas en el baño quedan absolutamente suaves. Tu piel te lo agradecerá.
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El que te hemos dado hasta ahora es un remedio muy eficaz para que tus toallas dejen de lado la rigidez y dé gusto usarlas. Aunque es importante que seas consciente de que no son los únicos que te ayudarán a alcanzar ese mismo objetivo.
Por ejemplo, debes tener presente que es necesario que no te excedas a la hora de echar el detergente. Y es que este las 'acartona' en muchos casos.
Y quizás te parezca increíble, pero también se considera que otra buena opción es no usar suavizante en la lavadora para poner la colada. El motivo es que dicho producto cuenta con sustancias que se introducen en las fibras de las toallas y las hacen que pierdan su suave textura.
Se considera que es más recomendable sustituirlo por productos naturales como los ya mencionados vinagre o bicarbonato.
Tampoco te olvides de que lo ideal es no lavarlas con agua caliente, porque, como hemos indicado anteriormente, las altas temperaturas las dañan. Y ni que decir tiene que es necesario que en la colada donde las pongas no llenes por completo la lavadora. La razón es que las toallas necesitan espacio para limpiarse bien.
Hablando de estos textiles para el baño posiblemente te haya surgido otra problemática.
Nos estamos refiriendo a que en muchas ocasiones a pesar de estar lavadas desprenden mal olor. Para corregir esta situación es necesario que, en primer lugar, nunca las eches al cesto de la ropa sucia si están mojadas. La razón es que dicha humedad se traducirá en pestilencia.
En segundo lugar, jamás procedas a plancharlas después de secarlas. Y, por último, sácalas inmediatamente después de que la lavadora haya acabado el ciclo de lavado. Si no lo haces vas a conseguir que retengan la humedad y esta se traducirá en un aroma bastante desagradable.