El truco avalado por la ciencia para saber si un huevo está fresco antes de abrirlo
Los expertos tienen la solución y el truco para saber si puedes ingerir o no un huevo sin tener que romperlo
El huevo es protagonista indiscutible de las neveras en todos los hogares. Y es que se trata de un alimento rico de sabor y saludable, que nos ayuda a aportar al organismo vitaminas y proteínas.
Pero no es menos cierto que, en ocasiones, nos encontramos en la nevera con algún huevo que no sabemos si está fresco. Esto nos pasa porque hemos tirado su envase con la fecha de caducidad o porque directamente lo hemos comprado en el mercado a algún ganadero. Por tanto, no tenemos claro si lo podemos comer o no.
¿Qué hacer en ese caso? No hay que preocuparse, porque se puede descubrir de manera rápida y sencilla si se puede tomar. Sí, hay una forma eficaz de salir de dudas y está avalada por la ciencia.
La manera de saber si un huevo está fresco
Si tenemos huevos en el frigorífico y no sabemos si podemos ingerirlos, hay que recurrir a las recomendaciones de los científicos. Varios de ellos, concretamente investigadores españoles de distintas instituciones, se han reunido y han dado forma a El gran libro del huevo. Una publicación donde se desvela cómo salir de dudas.
La clave está en llenar prácticamente un vaso de agua y echar con cuidado el huevo en cuestión dentro de él, sin abrirlo. Al hacerlo, pueden ocurrir tres cosas. La primera es que dicho alimento se sumerja y adopte una posición horizontal, lo que significa que está fresco y se puede comer.
La segunda es que se hunda en posición vertical, lo que nos indica que quizás no está tan fresco como en el caso anterior, aunque se puede ingerir sin problemas. Y la tercera es que se quede flotando, lo que deja de manifiesto que hay que tirarlo directamente a la basura. Sí, porque no es óptimo para el consumo.
Más formas de tener clara la frescura o no del huevo
El truco de los científicos citados es una manera de conocer si un huevo se puede comer sin necesidad de abrirlo. Pero es que también se puede saber si es adecuado tomarlo rompiéndolo.
En este caso, es la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) la que ha indicado en qué nos debemos fijar una vez abierto para proceder a su consumo o no. Así, ha subrayado que estará fresco si su clara es limpia y gelatinosa, si no tiene olor desagradable y si su yema no se desparrama.
De igual modo, ha indicado que también es necesario prestar atención a que su cáscara no esté rota. Y, por supuesto, es fundamental que al agitarlo no suene ningún líquido en movimiento.
Ahí no ha quedado todo. La OCU, además de indicar que los huevos se pueden comer hasta 28 días después de haberse puesto, ha dado pautas para conservarlos en perfecto estado. Entre estas, se encuentra el guardarlos en un sitio fresco como la nevera y colocarlos allí con la punta más fina hacia abajo.
Por supuesto, ha establecido que bajo ningún concepto hay que lavarlos antes de meterlos en el frigorífico. Esto no se debe hacer porque el agua puede propiciar que distintos gérmenes entren en aquellos.
Sigue todas estas indicaciones y tendrás los huevos en perfecto estado al tiempo que sabrás cuándo los puedes comer y no. Tu salud te agradecerá que las sigas a rajatabla.
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