Una psicóloga expone qué revela el color de un coche sobre la personalidad de su dueño

Hasta las decisiones más simples, como elegir el color de tu coche, pueden revelar facetas ocultas de tu personalidad. Cada día tomamos miles de decisiones, desde qué desayunar hasta qué ruta tomar para ir al trabajo. Y aunque muchas veces las hacemos de manera automática, cada una de ellas deja una pequeña huella de quiénes somos.

¿Por qué nos atrae un color en particular? ¿Por qué preferimos un estilo de ropa? La respuesta va más allá de los gustos personales. Nuestras elecciones están profundamente arraigadas en nuestra personalidad, en nuestras experiencias y en cómo percibimos el mundo.

Más que una simple elección estética

Imagina que estás en un concesionario. Delante de ti, una gama de colores te invita a elegir. ¿Te inclinas por el rojo, el color de la pasión y la energía? ¿O quizás prefieres el azul, símbolo de calma y tranquilidad?

Cada color evoca emociones y sensaciones diferentes. Y la elección del color de un coche puede decir mucho sobre cómo nos sentimos y cómo queremos que nos vean los demás.

El color de un coche no solo es una cuestión de gustos. Según Nuria Casanovas, que es experta en el uso de colores en terapia, cada tono emite unas vibraciones que influyen en nuestra percepción y en cómo nos ven los demás.

“Los coches de color rojo se asocian con la energía del rojo, que representa la pasión y el dinamismo”, explica Casanovas en La Vanguardia. Esta conexión entre colores y emociones puede guiarnos en nuestras decisiones al elegir un coche.

La psicóloga señala que los colores despiertan diferentes energías. Cada uno de ellos tiene un impacto en nuestra mente y puede estar relacionado con lo que buscamos en la vida. Por eso, quienes eligen un coche rojo suelen ser personas dinámicas y apasionadas por la velocidad, que quieren destacar entre la multitud.

La elección de un color más neutral también puede ser una cuestión psicológica. Algunos temen que un color brillante resulte fatigante con el tiempo.

Además, la experta menciona que, en ciertos momentos, nuestra mente busca estabilidad cromática, que puede cambiar con los años. Un coche de color llamativo puede ser emocionante, pero también puede llegar a ser demasiado intenso.

Por otro lado, la elección del color de un coche también puede influir en nuestra percepción y bienestar emocional. Por ejemplo, el amarillo puede ser una excelente opción en momentos de alegría, ya que representa vitalidad y energía. Sin embargo, si pasamos a un estado más serio, el mismo color puede generar una sensación de disonancia.

Diferencias de género en la elección del color

Las preferencias de color también varían según el género del comprador. Estudios muestran que los hombres tienden a inclinarse hacia colores vibrantes como el rojo, azul o negro, que reflejan su gusto por la potencia y la deportividad. En cambio, las mujeres suelen optar por tonalidades más suaves como el blanco, plateado o beige, asociados a la elegancia y sofisticación.

Sin embargo, esta tendencia está cambiando. Los fabricantes ofrecen una paleta de colores más limitada, lo que hace que los grises y blancos sean cada vez más comunes. “La variedad ha disminuido y ya no hay tanto donde elegir”, señala Casanovas.

Los jóvenes, en general, muestran preferencia por colores como el azul y el negro. El negro, en particular, simboliza elegancia y busca identidad. Esta elección refleja a menudo un deseo de autodescubrimiento y de expresar quiénes son realmente.

A pesar de que las opciones cromáticas han disminuido, todavía se ven coches en tonos llamativos como amarillo, naranja o verde lima, aunque con menor frecuencia. Muchos compradores optan por colores estándar para evitar gastos adicionales y el riesgo de cansarse de un color muy estridente en un vehículo que planean mantener durante años.